Más inteligentes
La Christchurch School of Medicine de Nueva Zelanda analizó durante 18 años a más de 1000 niños que fueron lactados en su primer año. Recopilaron información sobre su coeficiente intelectual, desarrollo cognitivo y sus calificaciones en compresión de lectura y matemáticas. Según los resultados, quienes fueron amamantados por ocho meses tuvieron mayor puntaje en su coeficiente intelectual a comparación de los que no recibieron este alimento.
Al nacer, nuestro cerebro tiene una tercera parte de su formación y la leche materna, gracias a su alto contenido de nutrientes, completa el desarrollo de éste durante los primeros años de vida.
Muy sanos
Por la cantidad de proteínas, azúcar, grasa y vitaminas, los lactantes están protegidos de infecciones en el oído, meningitis (bacteria por neumococo) y problemas en el aparato respiratorio inferior como la neumonía y bronquitis.
Además, el alimento materno contiene anticuerpos que disminuye las infecciones en las vías urinarias. Por otro lado, algunos estudios demuestran que son menos propensos a desarrollar asma o alergias y disminuyen el riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita.
Un documento publicado por la Facultad de Medicina de la UNAM destaca que la leche materna se adapta a las necesidades nutricionales de cada bebé y contiene:
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
- Lípidos: son una principal fuente de energía,
- Triglicéridos: imprescindibles para el crecimiento y desarrollo del cerebro, la retina y la audición
- Hidrato de carbono: necesario para fortalecer el sistema nervioso central
- Vitaminas:
- A: ideal para los huesos y el cartílago
- E: incrementa la producción de inmunoglobulinas, que generan anticuerpos para protegerlo de virus y bacterias que son mortales para niños menores de cinco años
- D: controla la absorción y autorregulación del calcio
- Agua: la leche materna está compuesta de 87% de agua y por ello tu bebé no necesitará de otro líquido para hidratarse.
Otro punto a su favor, es que los bebés pueden digerir la leche materna más fácil porque la caseína forma cuajos de consistencia blanda en el estómago, lo que hace que se asimile más rápido, además la presencia de lactosa en el intestino delgado favorece el tránsito intestinal, esto evita el estreñimiento y la dermatitis de pañal o rozadura.
Además, durante la succión del pecho, los músculos de la mandíbula del niño se ejercitan, lo que provoca que ésta se forme bien y los dientes salgan derechos.
Por último, el vínculo que establece la lactancia es único, a tu bebé le dará bienestar y seguridad, lo que constituye la primera experiencia social en su vida, de esta manera se potencializa su autoestima e inteligencia emocional para toda la vida, así como la atención y protección materna.