A esta condición se le llama espasmo del sollozo y provoca una pausa en la respiración cuando llora por dolor, miedo o frustración. Suele comenzar alrededor de los dos años y terminar entre los seis u ocho.
Debido a que no entra oxígeno en sus pulmones, la piel se torna azul o pálida y en casos extremos puede haber desmayo o convulsión; sin embargo no representa ningún riesgo para la salud ya que todos los síntomas desaparecen en cuanto vuelve a jalar aire con normalidad.
¿Qué hacer cuando se priva?
- Mantén la calma. Aunque parezca una situación aterradora, es importante que vigiles sus signos vitales y estado general
- Espera a que pase. Por lo general no tiene mayores consecuencias, así que dale tiempo a que recupere el aliento y retome el llanto convencional
- No prestes más atención de la que debe. De lo contrario podrías alentar este conducta como medio para llamar tu atención y obtener la respuesta deseada
Consejos básicos de seguridad
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- Asegúrate de que no tenga comida o algún objeto en la boca
- Recuéstalo sobre un costado
- Aparta los muebles cercanos para que no se golpee si convulsiona
- En caso de que no se recupere en pocos minutos, practica la reanimación cardiopulmonar (RCP)
Cuándo llevarlo al médico
Desde el primer incidente incluso si se trata de uno leve para descartar cualquier problema físico que pudiera estar ligado al espasmo. Si en algún momento pierde el conocimiento, llévalo de inmediato con el pediatra porque podría estar relacionado con un trastorno convulsivo, una arritmia cardiaca o anemia por deficiencia de hierro.