fbpx

El vínculo con tu bebé

Conoce los 3 tipos de vínculos más comunes entre madre e hijo y cómo lograrlos.

Después de cubrir sus necesidades básicas, tu bebé requiere un vínculo de cercanía contigo para sentirse seguro. Necesita tus caricias, que lo mires a los ojos, que le hables suavemente y saber que disfrutas su compañía. Además deberá experimentar que cuando te vas, regresarás; lo abrazarás cuando se asuste o se estrese y cumplirás lo que dices.

Existen 3 tipos de vínculos entre madres e hijos:

  • Seguro: cuando dejas a tu bebé en un cuarto y él o ella puede explorar aunque haya extraños. Puede llorar si te vas y correr a tus brazos cuando llegas para recibir tu contención y tus muestras de cariño
  • De evitación: sucede cuando dejas a tu bebé en un espacio y se muestra indiferente cuando te vas. No le importa si un extraño lo saluda y puede poner resistencia a ser abordado por alguien “amistoso”. No depende del amor y atención, sino que ha aprendido y se ha resignado a estar sin ello. Se protege del rechazo y la desilusión intentando no necesitar a su mamá
  • De ansiedad: aparece cuando es muy difícil dejar a tu bebé ya que llora, patalea y hace berrinche. Al regresar a casa se muestra enojado contigo pues no tiene la seguridad de cuándo y cómo regresarás. Aparece como un niño confundido y triste; las conductas de la mamá varían entre una mamá enojada, distraída, resentida y a veces cariñosa

¿Para qué nos sirve saber cómo es nuestro vínculo? Para darnos la oportunidad de conectarnos con nuestras emociones, y así permitirle a nuestros hijos que acepten las suyas. El resultado son adultos más sanos y conectados, parejas más plenas y hombres con menos estrés, angustia, adicciones y violencia.

Cómo desarrollar el vínculo

  • Tacto: con tus brazos, sostén a tu hijo en posición de arrullo y busca su mirada ofreciéndole una sonrisa. Cuando esté acostado o sentado, ponte frente a sus ojos y acaricia su mejilla, su frente, brazo, espalda, piernas o pies. Dale masaje en su espalda con la yema de tus dedos suavemente y pasa tu mano sobre el cabello, en la barba o en la frente, míralo con una sonrisa para tener un efecto mayor
  • Vista:  el vínculo se desarrolla a partir de la mirada, viendo a tu hijo directamente a los ojos y diciéndole con una voz suave, tierna y con cariño las cosas que te gustan y las cosas que sientes por  él o ella. Detente unos 20 ó 30 segundos para observarlo; durante este tiempo sonríe y bríndale un gesto amable y cálido, como una especie de juego entre las miradas
  • Lenguaje: expresa con voz muy suave descripciones de lo que sientes como “te amo, me encanta ser tu mamá, cuando te tengo cerca soy muy feliz, me encanta abrazarte, me encanta ver lo maravilloso que eres”. Si llora fuerte o se lastima, sólo repite frases cortas como “aquí estoy”, “sé que te dolió mucho, aquí estoy”. Abrázalo y arrúllalo por el puro deseo de tener contacto físico con él

Desarrollar el vínculo significa que tus hijos se sientan aceptados, apreciados, reconocidos y amados por ti; así buscarán ese tipo relación en un futuro.

Conductas que ponen promueven la respuesta de oxitocina (calma y amor)



Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.

  • Dar un beso cariñoso
  • Cargar y arrullar a un bebé
  • Acariciar a una mascota
  • Echarle porras a tu equipo
  • Regalar algo a alguien que realmente lo necesite
  • Hacer una oración
  • Abrazar a alguien
  • Acurrucarte con alguien
  • Hacer el amor con alguien que amas
  • Admirar a alguien

 

Comparte esta nota

Más sobre este tema

Qué te pareció esta nota

0 / 5. 0

TAGS: