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Más mitos sobre la lactancia

Conoce algunos de los más comunes y ¡no te dejes engañar!

Mito 1:  Debes amamantar a tu bebé cada tres horas, ya que si lo alimentas antes de tiempo se “enlecha”.

Verdad: Se puede dar leche al bebé a libre demanda.

Mito 2: La falta de producción de leche es hereditaria. Como mi mamá y mis hermanas no pudieron amamantar, yo tampoco podré.

Verdad: Cada madre es diferente y la producción de leche depende de la estimulación por parte del bebé.

Mito 3: Si el bebé no comió durante algún tiempo, la leche materna se descompone en los pechos y el bebé no puede comer.

Verdad: No se descompone pero sí puede llegar a ser doloroso sacarla, por lo cual se recomienda hacerlo manualmente con un tiraleche.



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Mito 4: Mi leche no es de buena calidad.

Verdad: Toda la leche materna es de excelente calidad.

Mito 5: Hay que dejar pasar mucho tiempo entre toma y toma para que se produzca leche.

Verdad: Existe la idea errónea que debemos esperar a que los pechos “se llenen” para extraer leche. La mayor parte de leche que toma un bebé o que obtenemos con un tiraleche se produce en el momento. De hecho, funciona de la manera contraria: si dejamos pasar mucho tiempo entre una toma y otra, nuestro cuerpo va disminuyendo poco a poco la cantidad de leche que produce.

Mito 7: El hecho de que sea el bebé quien dirija su alimentación (con la lactancia a libre demanda) tiene un efecto negativo sobre la relación de la pareja.

Verdad: Los padres maduros se dan cuenta de que las necesidades del recién nacido son muy intensas, pero que también disminuyen con el tiempo. De hecho, el trabajo en equipo que se realiza al cuidar de un recién nacido puede unir a la pareja conforme aprenden a ser padres.

Mito 8: Algunos bebés son alérgicos a la leche materna.

Verdad: La leche materna es la sustancia más natural y fisiológica que el bebé puede ingerir. Si el bebé muestra señas de sensibilidad relacionadas con la alimentación, en general se deben a alguna proteína ajena que ha logrado entrar a la leche materna y no a la leche materna en sí. Esto se remedia fácilmente eliminando el alimento ofensivo de la dieta materna durante un tiempo.

Mito 9: La lactancia demasiado frecuente causa obesidad cuando el niño crece.

Verdad: Estudios científicos demuestran que los bebés amamantados que autocontrolan sus patrones alimenticios y la cantidad que ingieren, tienden a consumir la cantidad de leche adecuada para su propio cuerpo. Es la alimentación con biberón y la introducción precoz de alimentos complementarios la causa de que se vean afectados de obesidad al crecer, no la lactancia natural.

Mito 10: Los niños obtienen toda la leche que necesitan durante los primeros cinco a diez minutos.

Verdad: Aunque muchos bebes pueden tomar la mayor parte de su leche desde los primeros cinco a diez minutos, esto no le sucede a todos los niños. Los recién nacidos, que apenas están aprendiendo a succionar a menudo requieren mucho más tiempo para comer.

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