Es muy común que crucemos la delgada línea entre cuidar y sobreproteger a nuestro hijo, lo cual repercute en que se vuelva inseguro, berrinchudo, dependiente y temeroso, entonces, ¿qué es lo que necesita en sus primeros años para generar confianza en sí mismo? La filosofía RIE (Resources for Infant Educarers), desarrollada por Magda Gerber, se basa en la capacidad nata de los niños, ya que promueve el desarrollo sin alterar su propio ritmo y su principal objetivo es inculcar, desde que nacen, un profundo respeto y aprecio entre madre e hijo.
RIE trabaja con “grupos de juego” para cada edad, en donde el niño se siente útil, se conoce y empieza a construir una buena autoestima.
Para lograrlo, se hablan de seis principios básicos:
1. Confianza en sus capacidades
Este punto parte de la certeza que desde recién nacido, está ansioso de aprender las cosas para las que está listo, por lo que nosotros debemos estar seguros de su capacidad de ser un iniciador y un explorador. Además, darle tiempo para desarrollarse a su ritmo y no al nuestro, para así permitirle adquirir maestría en sus propias habilidades.
2. Observación sensitiva
Debemos observarlo cuidadosamente para entender y apreciar la enorme cantidad de procesos y destrezas que aprende durante sus primeros años de vida y reconocer qué puede hacer por sí solo o en qué todavía necesita ayuda.
3. Tiempo de cuidado y atención completa
Es importante convertir las actividades cotidianas en oportunidades para la interacción, la cooperación y la comunicación. Debemos propiciar que nuestros hijos (por muy pequeños que sean) se vuelvan participantes activos en vez de receptores pasivos. Por ejemplo, al desvestirlo: “Te voy a quitar el pantalón… primero la pierna derecha…” le ayudamos jalándolo un poco el pantalón “¿Me ayudas a sacar tu pierna?”, le damos tiempo de intentarlo. Le decimos paso a paso lo que vamos a hacer y sobre todo, pedimos y esperamos su cooperación.
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4. Un ambiente seguro, predecible y estimulante
Nuestra meta será fomentar un contexto en donde el bebé pueda desempeñar todas las cosas que su desarrollo va exigiendo y como el ambiente es sin duda un órgano sensorio, es importante que sea tranquilo, armonioso, seguro, ordenado y con el grado de estimulación necesaria.
5. Tiempo para juego ininterrumpido
Esta actividad es la más importante, ya que a través de ésta va conociendo el mundo que lo rodea y aprendiendo a relacionarse con él. De hecho, lo que importa no es su finalidad, sino lo que aprende en el proceso.
6. Consistencia
Este punto va de la mano con la disciplina. Debemos establecer límites claros y comunicar nuestras expectativas a manera de que el bebé vaya aprendiendo cómo actuar de acuerdo a lo que esperamos de él. Ser consistentes implica sobre todo, reaccionar de la misma manera ante la misma acción sin importar nuestro estado de ánimo.
Para mayor información sobre cursos y talleres para padres o clases para bebés, puedes contactar a Diana Sánchez. T. 5003 8090, Cel. 04455 1865 7303 o al correo diana@cuncuna.com.mx