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Se busca paciencia

Tips para manejar la conducta de tu hijo antes de que se arme una batalla campal.

Ser padre no es cosa fácil porque desde que nos convertimos en ello sabemos que nuestra tarea no está determinada por horarios o sujeta a nuestras emociones, sobre todo cuando nos enfrentamos a un mal comportamiento de nuestro hijo. Sin embargo estamos seguros que la paciencia es la clave para actuar de forma adecuada y a continuación te damos varias recomendaciones para practicarla.

En primer lugar toma en cuenta que eres su ejemplo, así que antes de armar una batalla campal en la fila del súper, piensa que tu reacción marcará su comportamiento; él necesita una respuesta, no un acto impulsivo. Lo mejor es que analices el momento y después exprésale tus sentimientos y escucha los de él. Explícale que con gritos o golpes es muy difícil que entiendas lo que necesita y de que lleguen a un acuerdo.

La ausencia de lo anterior, puede hacer que se pierda el control y se tomen otras alternativas para reprenderlos como las nalgadas o los pellizcos, que no ayudan a resolver el conflicto y mucho menos son un método eficaz para educar. Un niño que es golpeado, es probable que desarrolle una conducta violenta. 

Si el origen de tu reacción es porque tuviste un mal día en el trabajo, busca alternativas para descargar tu estrés, sal a caminar o barre la baqueta. También es recomendable que hables con tu familia, si tu hijo es muy pequeño, no es necesario que le expliques todo lo que te pasó durante el día, sólo hazle entender que estás cansado para que entienda que no debe exaltarte.

Tips para evitar que arda troya si tu hijo se porta mal:

  • Di lo necesario: Cuando es momento de frenar un mal comportamiento, un firme “no” o “es suficiente”, serán de gran ayuda
  • Desvía su atención. Si es muy pequeño, quizá no entienda las causas y efectos de sus acciones, así que si se encuentra en un momento que corra peligro, distráelo con objetos o actividades más sanas y divertidas
  • Hazlo pensar. Llévalo a un lugar seguro sin distracciones y dile que permanecerá ahí hasta que se tranquilice. Después ve por él y piensen sobre cómo podrá reparar el mal comportamiento que tuvo
  • Apóyalo en su reparación. Una buena técnica para hacerlo meditar sobre lo ocurrido, es con restricciones de actividades que le gusten, por ejemplo: retirarle por algunos días su juguete favorito o pídele que él decida su propio castigo. Nunca le prohibas algo que necesita como la comida o el agua
  • Haz que compense el daño. Si perjudica alguna propiedad, haz que se disculpe con el dueño y que pague el daño. Si es muy pequeño, puedes ayudarle a cambio de que colabore con las tareas de la casa
  • Diseñen una tabla de comportamiento. Para llevar un registro de las buenas y las malas acciones, marca las primeras con estampas de su personaje favorito o caras felices. Lleguen a un acuerdo sobre cuál será el premio o la sanción si se porta mal. Evita usar el dinero o los dulces como recompensa.

Si consideras que necesitas ayuda profesional, acércate a un psicólogo infantil para que te ayude a determinar el origen de su mal comportamiento y trabajen con base en ello.



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Sobre todo recuerda que el castigo efectivo no es aquel que duele más, sino el que enseña a tu hijo a controlarse y comunicar sus sentimientos.

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