Cuando amamantas a tu bebé y hay un regreso espontáneo de leche puede deberse al reflujo, condición en la cual el alimento no llega a la cavidad estomacal y regresa por el esófago, el tubo muscular que conecta la boca con el estómago. No te preocupes, la mayoría de las veces se corrige conforme tu hijo crece y su aparato digestivo madura.

 

Síntomas

 

• Vomitar la comida o la leche
•  Dolor abdominal
• Llanto repentino e inconsolable
• Arqueo de la espalda durante el amamantamiento
• Rechazo o necesidad constante del pecho
• Aumento de peso mínimo o nulo

 

Causas

 

• Técnica incorrecta de lactancia
• Inmadurez del esfínter esofágico
• Exceso de leche en cada toma
• Dieta de la madre

 

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Por qué seguir amamantándolo

Salvo en casos excepcionales como alergia a la lactosa u otra complicación seria, los pediatras recomiendan que después de confirmar el diagnóstico de reflujo continúes alimentándolo con regularidad, dado que la composición de la leche materna crea un efecto de recubrimiento antiácido y promueve el buen funcionamiento intestinal.

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Para disminuirlo La Liga de la Leche sugiere:

Darle tomas breves y frecuentes. Promueven la movilidad y vaciado gástrico

• Reducir el uso de fórmulas. Permanecen más tiempo en el estómago y agravan el problema
• Disminuir el consumo de café, té, soya, huevo y trigo. Son agentes irritantes y alérgenos
• Amamantarlo en un ángulo de 45 a 60 grados o verticalmente. Facilita el tránsito de la leche
• Sacar un poco de leche previa a la toma. Le da oportunidad de recibir dosis pequeñas
• Prescindir de las posiciones horizontales. Prefiere aquellas en las que su abdomen quede contra el tuyo
• Aprovechar la hora del baño o la siesta. Está relajado y lactarlo será más sencillo

Como ves, para minimizar las molestias del reflujo sólo necesitas realizar acciones sencillas. Si después de hacerlo sigues sin notar cambios, acude con su médico.