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¿Reflujo necio? Puede ser alergia

Si tiene más de un año y sigue regresando la comida, el reflujo podría ser síntoma de rechazo a los componentes de la leche.

Por Carlos Aboitiz

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y la alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV) son dos problemas comunes en los bebés. Éstas se relacionan entre sí y comparten síntomas, más de lo que se sabe o escuchamos.

Mientras que el reflujo suele diagnosticarse a diestra y siniestra porque cuenta con mucha difusión y la mayoría lo identifica, la alergia a las proteínas de la leche de vaca es menos conocida. Cada vez hay más casos de este tipo de reacción que antes se etiquetaba como reflujo y no lo era.

Enfermedad por reflujo

Durante los primeros cinco o seis meses de vida es normal que los bebés regurgiten la leche mientras su sistema digestivo va madurando, lo cual se conoce como reflujo gastroesofágico.

Pero cuando el problema persiste al grado de vomitar después de cada comida con muchas molestias, puede tratarse de un padecimiento. Esto sucede porque el músculo que conecta al esófago con el estómago aún se relaja en el momento incorrecto o no cierra bien. Estar acostado la mayor parte del tiempo y llevar una dieta líquida también lo causan, o sea, lo que un bebé vive cada día.



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Alergia a las proteínas de la leche

Es una reacción negativa al consumo de proteínas contenidas en la leche, siendo las dos principales la beta lactoglobulina y las caseínas, ambas presentes en la mayoría de las fórmulas infantiles o durante la lactancia si la mamá consume lácteos en su dieta.

Las confusiones

  • 2 de cada 3 bebés sufren reflujo pero como enfermedad sólo 1 de cada 300
  • 2 a 7 de cada 100 niños tienen alergia a las proteínas de la leche
  • 15 a 21% de los niños con ERGE sospechado o probado sufre también APLV
  • 40% de los bebés con supuesto ERGE terminan diagnosticados con alergia

¿Y entonces qué es?

En ambos casos se necesita un análisis clínico completo. En el ERGE los síntomas son evidentes y tal vez no se pida un examen. Si éstos siguen tras el tratamiento, pueden pedirse otros estudios para revisar internamente el esófago y el estómago, así como un examen de sangre oculta en la popó.

Para la APLV, las pruebas de alergia son útiles pero no la confirman en todos los pacientes. La mejoría de los trastornos al suspender los lácteos de la dieta es lo más importante para diagnosticarla.

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¿Cómo se quitan?

Debido a que los dos problemas suelen estar relacionados, las sociedades de gastroenterología a nivel mundial sugieren que el bebé o niño consuma una fórmula que tenga fraccionada la proteína de la leche de vaca (se le llama hidrolizada), ya que la causa de reflujo puede ser esta alergia.

Normalmente las leches que venden en la farmacia son derivadas de la leche de vaca, y cuentan con sus proteínas intactas y lactosa. Pero hay leches de cinco tipos diferentes: sin lactosa, de soya, hipoalergénica, hidrolizada y elemental.

En el caso de la hidrolizada también se fabrica con leche de vaca pero se parten las proteínas en fragmentos de pocos aminoácidos y así se disminuye su capacidad alérgena.

Hechos

  • Después del año de edad, los síntomas de enfermedad por reflujo sólo siguen en el 5 o 10% de los niños que la padecen
  • La alergia a la proteína de la leche se resuelve a los 12 meses de edad en el 50% de los bebés, en el 75% de los casos a los 2 años y hasta el 90% a los 3
  • La alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV) puede causar la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
  • 1 de cada 3 bebés con reflujo puede tener también alergia a las proteínas de la leche de vaca

Encuentra el artículo completo en la revista bbmundo de febrero

Carlos Aboitiz es pediatra y cardiólogo pediatra. Puedes consultarlo en el correo drabtz@yahoo.com.mx, a los T. 5135 6011 y 5568 2173, y en Facebook: mama.com.mx

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