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Tips para educar el gusto alimentario de un niño

Antes de darte por vencida porque tu hijo no come muchas verduras, mira cómo lo puedes solucionar.

nina probando comida nueva
Que un niño tenga gusto por algunos alimentos o rechace algunos otros, tiene mucho que ver con cómo lo enseñes a comer y claro, un poquito también de lo que ve en sus papás y hermanos. 

  • NO debes forzarlos a comer: A partir de los dos años, los niños pasan por una etapa de neofobia transitoria, pues están descubriendo el mundo. Si los obligas a comer algo, crearás un episodio de rechazo por ciertos alimentos. 
  • No demonizar ni santificar ningún alimento: Por ejemplo, las mamás tienden a decir que “tienen que comer verduras» como si fuera un deber, y eso hace que pierda lo divertido. En lugar de eso, integrarlas como parte normal de una dieta cotidiana.
  • Alimentos que puedan comer con la mano: Si tu hijo está en etapa de neofobia, como mamá procura siempre tener a la mano finger foods, o sea, alimentos que se pueden tomar con las manos, por ejemplo: bastones de verduras con humus, bocadillos de pollo marinado y asado, rollitos de envueltos de verduras con jamón, etc.
  • Procura la variedad: Entre más expuesto esté un niño a mayor variedad de alimentos, es más probable que los integre en su día a día. Trata de ofrecer alimentos en diferentes presentaciones. Por ejemplo, no es fuerza que a un niño le gusten las verduras cocidas, pero si se le presentan de otra manera como en puré, crudas con limón, puede acceder a comerlas.
  • Hará cosas por imitación: Recuerda la importancia del entorno social en la formación de recuerdos placenteros. Si son niños con hermanos mayores, recordar que es más probable que acepte un alimento por imitación del hermano mayor. 
  • Cocinen juntos: Realizar actividades lúdicas con los niños, en las que se les involucre en la selección, preparación y consumo de alimentos puede ser de gran ayuda. Ningún brócoli sabrá tan rico como el que ellos preparen.
  • Comerán lo que tú comas: A tempranas edades los niños son el reflejo de sus padres por eso pregúntate: ¿Qué es lo que nosotros les transmitimos con nuestras actitudes y la forma en la que nos alimentamos? Desde nuestros comentarios de negación hacia algo, o nuestras ideas preconcebidas sobre alimentos que engordan, prohibidos, etc. 

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