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3 errores al disciplinar

Descubre qué error estás cometiendo al disciplinar a tu hijo y evítalo.

Por Nancy Steinberg 

Hoy me gustaría dedicar este espacio para señalar algunos puntos importantes que muchas de ustedes describen con frecuencia en la crianza de sus hijos y que se encuentran en el centro de los problemas que enfrentan a diario. Entre los correos que recibí esta semana, me gustaría compartir el siguiente para ilustrar estas ideas:

 “Mi hijo tiene 4 años y hace berrinche por todo: para comer, jugar, todo. Tengo una hija de 1½ y él le pega o le hace travesuras que la lastiman; yo le pregunto que por qué lo hizo y me contesta que porque no lo debe hacer. Él sabe perfecto lo que no debe pero aun así lo hace. Ya intentamos con castigos, regaños, nalgadas y no ha funcionado. La verdad me siento frustrada y a veces soy muy violenta cuando me desespero. Lo llevé con una pedagoga – me dijo que necesita límites – pero la verdad no sé cómo hacerlo: a veces soy muy permisiva y a veces muy estricta. Me gustaría que me diera algunos consejos de cómo debo conducirlo, porque los berrinches que él hace, la niña comienza a repetirlos.”

Con frecuencia cometemos el primer error de preguntarle a los niños por qué hacen algo; y es un error porque no puede contestar. A veces, porque no lo sabe; otras, porque si da la respuesta conoce que recibirá un castigo, de manera que, si te es posible, evita hacer este tipo de preguntas.

Una mejor alternativa sería señalar a tu hijo, directamente, que lo que ha hecho es incorrecto y que él lo sabe. Un ejemplo de cómo se puede hacer esto es el siguiente:

“Cuando tú golpeas a tu hermanita, yo me siento preocupada porque tú sabes que la puedes lastimar y porque ella es mucho más pequeña que tú y no se puede defender. A mí no me gusta regañarte o castigarte y quisiera que juntos encontráramos la forma de que esta situación mejore. ¿Qué podríamos hacer?”



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Esta forma de hablar, propuesta en el Movimiento Prohibido Castigar, tiene varias características que merece la pena destacar:

  • Utilizas un tono de voz normal con lo cual invitas al diálogo y muestras que tú estás en control de ti misma y de la situación
  • Describes tus sentimientos (“yo me siento preocupada”) frente a una acción concreta, específica y fácilmente descriptible (“cuando tú golpeas a tu hermanita”)
  • Invitas a buscar una solución concreta y conjunta (“Qué podríamos hacer para que esta situación mejore?”)

Podemos ver también que:

  • Hablas en positivo
  • Evitas generalizaciones y acusaciones
  • Te centras en el aquí y el ahora (en el ejemplo concreto del momento)

El segundo error tiene todo que ver con el objetivo del Movimiento Prohibido Castigar: “Ya intentamos con castigos, con regaños, con nalgadas y no ha funcionado.”

Existen diversas razones por las que castigar no funciona; si quieres leer acerca de este tema, consulta mi artículo Prohibido Castigar aquí en bbmundo.

Y un tercer error, muy común y dañino: la falta de consistencia: “A veces soy muy permisiva y a veces muy estricta.” Lo que sucede cuando no eres consistente, es que el niño se confunde, el mundo se vuelve impredecible. Una de las actitudes que más da seguridad a un niño – y a la gente de cualquier edad – es cuando el mundo es predecible: cuando sabemos qué podemos esperar ante las diversas situaciones.

Te invito a ver un video de Kushi, mi perrita, inspiración y resultado del Movimiento Prohibido Castigar; en él podrás observar un poco de lo que puedes lograr si actúas de manera consistente al disciplinar.

Y lo que mucha gente considera un error, para mí es el acierto más importante de esta correo que recibí de una de ustedes: cuando dices “pero la verdad no sé cómo hacerlo” estás dando uno de los pasos más importantes para poder encontrar una solución.

Gracias a todas ustedes por escribir , ¡nos vemos la próxima semana!

Visita mi nueva página: midoctoranancy.com

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