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La preeclampsia

El consumo de calcio, sodio y medicamentos como la aspirina pueden ayudarte a prevenir esta afección.

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La preeclampsia es una afección que generalmente se manifiesta después de la vigésima semana de embarazo y es una enfermedad que sólo se cura en el parto. Ésta se caracteriza por:

  • Presión sanguínea alta
  • Proteína en la orina
  • Sudor de cara, manos y pies

De agravarse, la preeclampsia puede producir:

  • Desprendimiento de la placenta de la pared uterina
  • Nacimiento prematuro
  • Bebés más pequeños
  • Aumento de las probabilidades de cesárea
  • Muerte del bebé o la madre (en el peor de los casos)

Puede ser un padecimiento serio, de ahí la importancia de hallar los medios que la prevengan y traten.

Si hay riesgos o indicios de padecer preeclampsia, se debe consultar al médico y hacer una cuidadosa revisión de la dieta, ya que es necesario consumir suficiente calcio, vitamina E y C. El descanso en cama puede ayudar si los síntomas tienen que ver con la presión sanguínea alta. Por otra parte, es recomendable consumir líquidos y evaluar la presión sanguínea con cierta regularidad.

Entre los métodos que se han desarrollado para prevenir la preeclampsia en las mujeres bajo riesgo, se encuentran las restricciones en la dieta y en el consumo de sodio. Además como medidas preventivas, actualmente se investiga el uso de dosis bajas de aspirina y la suplementación de calcio.



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El tratamiento de la preeclampsia implica hacer más lento el avance del problema para permitir que el feto continúe creciendo el mayor tiempo posible.

Cuando es leve, se recomienda reposar en cama, pero cuando los síntomas son más serios, es mejor la hospitalización. Si la afección es grave y el feto tiene más de 30 semanas de gestación, lo mejor es inducir el parto. No se emplean fármacos antihipertensión debido a que enmascaran los síntomas clínicos por los cuales se reconoce el agravamiento de la situación.

Se utilizan sulfato de magnesio o una gran variedad de narcóticos, barbituratos y benzodiacepinas para tratar las convulsiones eclámpticas. Dado que es frecuente que el proceso preeclámptico se acelere durante el parto y el periodo posparto, también se emplea el sulfato de magnesio en estas etapas.

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