Los abortos espontáneos frecuentes en una mujer no constituyen un problema aislado, ya que en gran cantidad de mujeres lo embarazos son malogrados. Se diagnostican como tales aquellos casos en que tres o más embarazos clínicamente reconocidos, se pierden en el transcurso de las primeras veinte semanas posteriores al último ciclo menstrual. Estadísticas determinan que entre 12 y 15% de los embarazos con registro clínico, se abortan durante las doce semanas iniciales.
Sin embargo, otros datos han arrojado que esto les sucede a los dos tercios de las mujeres embarazadas, y que a su vez la mitad de este porcentaje aborta antes del momento en que se debería presentar la siguiente menstruación. Entre las causas de mayor incidencia de este tipo de afección cabe citar las siguientes: anormalidades genéticas, congénitas y anatómicas adquiridas; desórdenes endocrinológicos y tiroideos; diabetes mellitus, hiperprolactinemia, endometriosis, incompetencia cervical, factores inmunológicos e infecciones.
Por lo general, es después del segundo o tercer aborto espontáneo, cuando se inicia el seguimiento y la evaluación de las eventuales anormalidades que pueden constituirse en la causa del problema.
Es sabido que en cerca de 50% de los embarazos, los abortos detectados durante el primer trimestre son producidos por anormalidades en los cromosomas; 22.3% por cromosomas del tipo autosoma y trisoma; 8.6% por monosoma X; 7.7% por triploides, y finalmente 2.6% por tetraploides.
Cuando las causales son de origen genético, la práctica determina que, dependiendo de los patrones hereditarios, es posible (en un porcentaje que fluctúa entre 20 y 80%) lograr nacimientos exitosos. Asimismo, cuando durante las primeras seis semanas de gestación se ha detectado actividad cardiaca, 75% de los embarazos tendrá un final venturoso.
Si el origen (anatómico, endocrino e infeccioso, entre otros) es diagnosticado, se puede predecir el éxito de entre 70 y 90% de casos.
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En aquellas mujeres sin antecedentes importantes que sufren su primer aborto espontáneo, las posibilidades de lograr un embarazo normal ascienden a 76%, porcentaje que se reduce a 65 y 70% para las que reinciden dos o tres veces, y en casos severos (4 o más eventos), al 60%.
En contraparte con lo anterior, cuando resulta difícil diagnosticar las causas y si se brindan cuidados intensivos a la futura madre durante las primeras semanas de concepción, la posibilidad de que los embarazos culminen sin contratiempos es de 40 a 90%.