¿Es posible que sienta que lo amas antes de nacer? La respuesta es obvia, pero además hay formas de que el lazo sea más fuerte entre ustedes y su papá. ¿Has escuchado hablar de la haptonomía? Según el profesor holandés F. Veldman se trata de una ciencia natural que antepone el sentimiento a la razón, es decir, te contacta con tus sentimientos antes de pensar en lo que quieres para tu hijo. Sólo puede llevarse a cabo mediante las emociones y el afecto de los papás. En palabras de Margarita Coutiño, instructora de psicoprofilaxis y con conocimientos de haptonomía, “se trata de enseñar a las mamás que ellas favorecen el desarrollo de su bebé desde antes de que nazca mediante las caricias y el pensamiento positivo; es tan fácil como acariciar su vientre para que el niño responda como sabe hacerlo: con sus movimientos y patadas”.

Comprobado: Los bebés a quienes les aplicaron esta técnica tienen 22% menos problemas para comer y conciliar el sueño entre los 7 y 12 meses.

En contacto con el niño

El objetivo es estrechar los vínculos afectivos antes, durante y después del nacimiento. Esto puede fortalecerse con diferentes encuentros entre el bebé y los padres en sesiones cada dos o tres semanas, pero en casa se puede lograr a diario usando 5 a 10 minutos. Si estás interesada en clases,

1. Deben iniciarse antes de la semana 27
2. Las sesiones se realizan siempre en pareja y no en grupo, ya que en ellas se trabajan aspectos de la vida emocional y afectiva
3. Ahí se aprenderá a colocar las manos alrededor del vientre y a inducir al niño a desplazarse en cuanto se noten sus movimientos
4. Al acariciar el vientre, papá debe susurrar palabras relajantes: esto libera endorfinas que actúan como analgésicos naturales mitigando el dolor
5. Se deben seguir aplicando las “caricias conscientes” después del nacimiento

El objetivo principal de la haptonomía es que el ser humano, desde su vida uterina, tenga la capacidad de sentirse seguro a través del reconocimiento de los demás, empezando por sus papás.

Durante el parto

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El padre desempeña un papel tan activo como la madre o el niño. La madre ayuda a su hijo a nacer y el padre a mantenerse en contacto con el bebé.

Gracias a los gestos precisos aprendidos en las sesiones, él la ayuda a encontrar el estado de serenidad. Algunas mujeres llegan fácilmente al contacto haptonómico durante el parto. Si la pareja lo desea ambos pueden permanecer abrazados.

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