Exprimir las espinillas: Un problema básico que comparten la mayoría de las mujeres es la incapacidad de no tocar su piel. Éste es el daño más fuerte que le haces a tu piel y, sin embargo, es casi imposible dejar de pellizcarse para exprimir las espinillas de la cara.
Si tú lo haces, deja atrás ese mal hábito, quizás tirando a la basura tu espejo magnificador, o bien, bajando el voltaje del foco de tu baño. Piensa que al exprimir cada milímetro de tu piel, puedes causarte una marca que esté en tu cara por lo menos dos semanas (o peor aún, que se convierta en una cicatriz). La solución: no toques tus espinillas o granos y deja que desaparezcan solas en una semana.
Desfallecer por ingredientes innovadores: Es normal que encuentres mujeres a quienes los productos nuevos de cuidado facial (ácidos alfa y beta hidróxidos, el té verde, entre otros) les parezcan milagrosos, debido a que les han eliminado sus “defectos faciales”. Sin embargo, eso no significa que tú obtengas los mismos resultados del producto.
La mayoría de las mujeres desean comprar productos innovadores ya que asumen que son mejores que los que usan (aún si éstos les han funcionado). Sin embargo, son pocas las que piensan en ser cuidadosas al experimentar. La solución: cuando decidas probar algo nuevo, permite que tu piel lo asimile, antes de decidir si te funciona. Esto lo puedes notar observando tu piel, fijándote cómo se siente, cómo te ves y cómo reacciona a las condiciones climáticas de donde vives (si el clima es húmedo o seco).
Por desgracia, las mujeres gastan su dinero en productos que no necesitan o que erróneamente creen que borrarán el paso del tiempo. Debido a eso te recomendamos que seas una cuidadosa al comprar cualquier producto para tu piel.
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Intentar eliminar el acné: Es importante saber que el acné es un problema hormonal y no de higiene, como se llega a creer. La limpieza excesiva de tu piel no te hará eliminarlo. En lugar de lavar tu cara como si fuera la última vez, hazlo con gentileza. La solución: adquiere una espuma para limpieza facial que no irrite tu piel (busca que la etiqueta indique que es hipoalergénica). Si te sientes obligada a comprar un exfoliante, busca uno granulado y sin partículas ásperas, además no lo uses más de una vez a la semana. Las partículas ásperas pueden irritar tu piel, a tal grado que empezará a producir más grasa.
Aplicarte bloqueador solar una vez y creer que estás protegida: El gran error de las mujeres es confiar ciegamente en la etiqueta de su bloqueador cuando dice “protección todo el día”. En realidad ningún bloqueador solar dura más de cuatro horas, por lo que, si utilizas uno para todo el día, no estás siendo cuidadosa con tu piel.
El uso de un bloqueador solar normal es más importante si estás tratando tu piel con microdermabrasion, Retin-A, ácidos alfa o beta hidróxidos, o bien, si te hiciste un peeling, ya que todos ellos hacen tu piel más sensible a los rayos solares ultravioleta. La solución: es fácil, aplica más bloqueador solar, más de una vez al día. La etiqueta puede indicar un nivel de protección 45 (SFP 45), sin embargo, al esparcir una pequeña cantidad, la protección es menor.