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Vigorexia, obsesión por los músculos

¿No puedes dejar de hacer ejercicio? ¿te ves en el espejo y todo lo que hiciste en el gimnasio no sirvió?

Si para los estereotipos de la sociedad consumista la mujer debe ser una chica muy flaca de todos lados, el hombre debe ser alto y hacer alarde de gran fuerza, visible por increíbles y delineados bíceps. Es normal entonces encontrar hombres mirándose al espejo, pensando si comprar esas pesas y calculando el tiempo que les tomará “hacer músculo”.

Lo que comienza con una preocupación por conseguir un cuerpo perfectamente delineado podría desencadenarse en una obsesión fatal. Es normal desear adquirir un peso saludable y ejercitar para formar un buen cuerpo; sin embargo, en aquellas personas que tienen problemas de autoestima, podría darse un problema de vigorexia.

La vigorexia es un trastorno de imagen en el cual el hombre o mujer se sienten flacos y enclenques, ocasionando que se quiera hacer ejercicio desmedidamente, además de aumentar la ingesta de carbohidratos, al mismo tiempo que se reduce la de lípidos. Debido a este comportamiento, el metabolismo se ve alterado y se presentan cambios bruscos de humor.

Las personas con vigorexia comienzan a sentir mareos, dolores de cabeza y taquicardia. Los hombres o mujeres que padecen este trastorno, a menudo se ven tentados a consumir esteroides, aumentando su riesgo de muerte. La vida de un vigoréxico –cuando el trastorno ha alcanzado su punto alto– dura alrededor de seis meses antes de que el cuerpo fenezca.

Al igual que las anoréxicas y las bulímicas, los vigoréxicos tendrán varios rituales que, de no cumplirse, les obsesionarán por el resto del día, causándoles gran ansiedad. Abandonarán toda vida social pues prefieren estar en el gimnasio y dejarán de comer en otro lugar que no sea su casa, pues no pueden controlar el proceso de preparación de los alimentos.

Claros indicadores de la vigorexia:



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  • Cambios de humor.
  • Ejercita de 4 a 7 veces por semana
  • Sube la ingesta de carbohidratos
  • Baja la ingesta de lípidos
  • Se mira constantemente en el espejo
  • La percepción que tiene con su cuerpo no corresponde a la realidad
  • Descuida trabajo y pareja por la rutina y acondicionamiento físico
  • Consumo de esteroides
  • Aislamiento social

El tratamiento para modificar y dar marcha atrás al trastorno incluye la presencia de un experto en nutrición, pero más que nada, terapia emocional. La mayoría de los hombres y mujeres –aunque es más común en hombres– que tienen vigorexia tienen problemas psicológicos de fondo, generalmente ligados a la impotencia y al miedo. Debido a la discriminación, los trastornos alimenticios se ligan exclusivamente a la mujer, varios hombres al tanto de su problema prefieren no buscar ayuda médica.

Si conoces o piensas que tienes un trastorno alimenticio, es imperativo, busca ayuda profesional cuanto antes. Consulta a un médico general.

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