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Celos laborales, cuando ella gana más

Cuando la mujer supera a su pareja y obtiene un mejor puesto o gana más dinero que él. Es entonces cuando se presentan los celos, las envidias y las agresiones.

Una mujer inteligente, independiente y exitosa es el sueño de muchos hombres. Sin embargo, cuando es ella quien gana más los problemas no se hacen esperar.

Las mujeres exitosas pueden resultar sumamente atractivas para quienes buscan en su pareja una equidad intelectual, laboral y económica. Pero, aunque valoren mucho que trabajen desempeñando puestos importantes y bien remunerados, cuando de ingresos se trata, a la mayoría de los hombres les causa conflicto ganar menos que ellas.

Al final, lo importante no es quién sustente económicamente el hogar, sino lograr un equilibrio con el que ambos se sientan cómodos y satisfechos, lo que se traducirá en relaciones sanas y positivas.

Ser exitosa ¿es un problema?

Una mujer que rompe los esquemas tradicionales se enfrenta a una serie de problemas afectivos y sociales. Aunque la sociedad mexicana se está reestructurando y los paradigmas sociales están cambiando, aún resulta difícil aceptar el nuevo rol de las mujeres, quienes pasaron de ser sólo amas de casa a profesionistas preparadas que compiten con los hombres en el que antes era “su territorio”.

A muchas mujeres económicamente independientes que han logrado sobresalir en el ámbito laboral, les cuesta trabajo establecer relaciones afectivas. En ocasiones porque tienden a mostrarse “duras” emocionalmente o porque los hombres temen involucrarse con ellas por miedo a sentirse inferiores o por no ser capaces de aceptar este hecho.



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Cambio de roles

Quizá el mayor problema no es que la mujer haya dejado el hogar para integrarse a la vida laboral; sino el que surge cuando la mujer supera a su pareja y obtiene un mejor puesto o gana más dinero que él. Es entonces cuando se presentan los celos, las envidias y las agresiones.

¿Qué pasa con ellos?

Lo que muchos hombres no entienden es que el hecho de que una mujer sea exitosa y pueda ocupar roles típicamente masculinos, no los hace inferiores en su condición de hombres. En el momento en que su pareja obtiene un puesto más alto y mejor remunerado que el suyo, ellos sienten que pierden su valor y la capacidad de proveer seguridad y protección a su familia, además de sentirse opacados, deprimidos e inseguros. Estos sentimientos desencadenan actitudes que afectan la relación.

Cuando las mujeres toman el control de sus finanzas, se vuelven independientes y pueden ir a donde quieran o comprarse lo que desean, el hombre no sólo pierde su rol de proveedor, también pierde la capacidad de impresionar a su pareja, ya que nada de lo que él posea o pueda ofrecerle está fuera de su alcance. Esto puede generar incertidumbre y miedo a ser abandonado por no ser lo suficientemente bueno para ella.

Por otra parte, hay mujeres que no pueden estar con hombres que estén por debajo de ellas, ya sea en el aspecto económico o profesional. Las mujeres alfa buscan un hombre fuerte, seguro y que sea igual o más exitoso que ellas, ya que son mujeres que demandan igualdad y respeto en sus relaciones. En estos casos vale la pena hablar de las expectativas de cada uno y evaluar la situación, quizá con su apoyo él pueda replantearse nuevos retos que lo hagan sentir bien consigo mismo y lo ayuden a recuperar la admiración de ella.

¿Celoso?

Es evidente que a la mayoría de los hombres les afecta el hecho de que su pareja gane más o tenga un mejor puesto, pero muchas veces no lo expresan con palabras sino con actitudes o agresiones veladas como:

  • Poner mala cara cuando habla del trabajo.
  • Reclamar que no tiene tiempo para él.
  • Pedirle que llegue más temprano.
  • Hacerla sentir culpable por no estar en casa.
  • Hacerle ver lo poco que ayuda en la casa.

Todas estas actitudes pueden generar conflictos y discusiones que terminan por empañar el sentimiento de realización de las mujeres e incluso con su matrimonio. Los sentimientos de inferioridad e inseguridad pueden orillar al hombre a exigirle a su pareja que renuncie a su trabajo, lo que sólo causaría un daño irreparable a la relación o, si se consigue el objetivo, una mujer frustrada e infeliz.

¿Qué hacer para que funcione?

Que la mujer renuncie a sus sueños y a su desarrollo profesional no es la solución. Los hombres deben entender que las mujeres fuertes, exitosas e independientes no dejan de ser mujeres sensibles que necesitan el amor, la atención, el reconocimiento, la comprensión y el apoyo de sus parejas.

Finalmente, si existe amor y comprensión, el hecho de que la mujer sea quien lleve el peso de la economía familiar puede resolverse platicando y llegando a acuerdos que garanticen la satisfacción de ambas partes.

No sentirse intimidado por la cuestión económica puede ayudar a que la relación funcione, teniendo en cuenta que una mujer exitosa necesita y valora más a un hombre que esté a su lado para apoyarla y compartir con ella cada uno de sus logros.

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