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¿Cómo hablar de sexo con nuestros hijos?

Si empiezan las curiosidades, no te preocupes es un tema natural que se tiene que tocar en algún punto.

Para hablar de sexo y sexualidad con nuestros hijos no sólo debemos informarles los aspectos biológicos, sino también formarles una actitud consciente, responsable y positiva hacia su sexualidad. Aquí es importante distinguir entre sexo y sexualidad.

Sexo: Es el conjunto de características biológicas (anatómicas y fisiológicas) que distinguen a los seres humanos en dos grupos: masculino y femenino, o sea, sexo no es algo que hacemos, sino algo que somos.

Sexualidad: Va más allá de la biología, pues forma parte de nuestra personalidad; es la manifestación del sexo en la conducta de relación del individuo con otros del mismo o diferente sexo. Mientras que la sexualidad tiene la finalidad única de perpetuar la especie, la sexualidad humana proporciona además la mutua satisfacción.

Si nuestro hijo ya tiene la edad suficiente para preguntar, también tiene la edad suficiente para que su pregunta le sea contestada de forma sincera y afectuosa de acuerdo con su desarrollo físico, emocional y mental. Si contestamos a ellas con cariño y respeto, además de veracidad, el niño tendrá mayor confianza en sus padres.

Cuando el niño no pregunta, puede ser porque no se le ha ocurrido, porque no hay comunicación en la familia o porque tiene miedo a que sus preguntas sean los clásicos tabúes. Por ello, si a partir de los seis años el niño no ha hecho preguntas relativas al sexo, normalmente formuladas en edades más tempranas, es entonces el momento apropiado para iniciar la conversación acerca de la sexualidad.

Como padres, debemos hacerles saber lo maravilloso que es el cuerpo humano, incluidos su aparato sexual y reproductor, que tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y que debemos comentar a nuestros padres cuando alguien nos haga algo que nos moleste.



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Cuando los niños nos pregunten cómo nacieron, debemos hablarles de la relación sexual entre los padres, quienes se aman, respetan y deseaban un hijo o hija que los complementara. Hay que hablarles de tal manera que se sientan orgullosos de su origen y no se debe evitar hablar de la relación sexual.

Al percibir que en su casa todo lo referente al sexo y la sexualidad es natural, el niño no crecerá con prejuicios, traumas o inhibiciones. En cambio, si la actitud familiar le demuestra lo contrario, aprenderá que el sexo es tabú, que no debe hablar de ello a los padres, que es un tema que no pertenece al ambiente familiar, que es malo, sucio y grosero. Aprenderá, sí, pero en la calle y de fuentes poco confiables, además de que perderá la confianza en sus padres.

La educación de la sexualidad desde el hogar debe tender a que el niño respete su propia personalidad y que se realice plenamente como ser humano, así como orientarlo hacia una maternidad y paternidad responsables, y hacia el respeto a otras personas con diferentes valores y orientaciones sexuales.

Procura contestar las preguntas con seriedad, empleando términos reales y claros, sin hacer burla o chiste de ellos, sin menospreciar su importancia y respetando su femineidad o masculinidad. Más que los nombres, son importantes los conceptos, las funciones y los valores que acompañan a dichos temas.

No esperes a que tu hijo aprenda de libros, películas, material pornográfico o de otras fuentes poco confiables. Los padres tenemos la obligación de resolver sus dudas y curiosidades, dándole suficiente información en casa. La escuela, en todos los grados, debe ayudar a reforzarla y complementarla.

Es natural que:

• Los bebés descubran jugando sus órganos sexuales.

• Los niños pregunten cómo se llama cada parte de su cuerpo y descubran las diferencias entre niños y niñas, así como saber cómo es el cuerpo de los adultos.

• Se desvistan y enseñen sus cuerpos desnudos.

• Copien actitudes y conductas de los niños de otro sexo durante los primeros años.

• Los padres se expresen cariño enfrente de sus hijos.

• Deseen conocer todas las partes y funciones del cuerpo humano, y que se toquen sus órganos sexuales, pues es una sensación que les agrada y no les produce ningún daño.

• Pregunten cómo nacieron y se interesen por el bebé que va a nacer, así como pregunten cómo vive dentro de su mamá y todo lo relacionado al nacimiento, alimentación y cuidados del bebé.

• Pregunten si cada vez que sus papás están juntos es para encargar un nuevo hermanito o qué hacen sus papás para no encargar bebés cada vez que hacen el amor.

• Tengan curiosidad sobre por qué algunas parejas no tienen hijos.

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