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Curiosidad sexual en los niños

Los niños son exploradores por naturaleza y también indagan su cuerpo.

Luis, Pedro y los weenies

Pedro de 6 años se acerca a su amigo Luis de la misma edad y le dice “vamos a sacarnos los weenies”. Luis pregunta “¿Qué es eso?” y Pedro le contesta “Tu pilín”, a lo que los dos se ríen con complicidad.

Cuando comienzan a bajarse el pantalón comparten una pequeña carcajada y cada uno con su propio cuerpo muestra su pene, moviéndolo y haciendo caras chistosas. En ese momento Pedro le dice a Luis, sosteniendo su pene con ambas manos: “Ahora chúpalo”.

En ese momento entra la mamá de Pedro y al escuchar la frase y observar que ambos están con el pantalón abajo, da el clásico grito: “¡Qué hacen!”. Su cara muestra un gran susto acompañada de enojo, confusión, vergüenza y alteración. Ellos de manera inmediata se suben el pantalón y se voltean a ver; las risas de juego se esfuman en un instante y se quedan congelados observando a la mamá.

¡Pero yo lo vi! ¿O no?

La mamá de Pedro pasa del susto al enojo. Al preguntarles qué hacen, no cuestiona para estar informada, sino para dejarles claro que no está de acuerdo con lo que están haciendo.



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Está interpretando y viviendo la escena desde su mundo adulto. Si realmente hiciera la pregunta con autentica curiosidad, ellos responderían algo como “estamos enseñando y jugando con nuestros penes y como parecen unas salchichas, le dije que lo mordiera”. Evidentemente no es el escenario porque los niños leyeron el lenguaje no verbal de la mamá y se dieron cuenta que desaprobó totalmente su conducta.

Al toro por los cuernos

Es más fácil que los hombres jueguen entre ellos y las mujeres lo hagan entre amigas cuando se trata de un ambiente escolar. Si están en la casa en donde la convivencia es muy cercana entre primos, lo más probable es que jueguen indistintamente sin importar si están con alguien de su mismo sexo. ¿Cómo reaccionar?

  • Mantén la calma cuando encuentres a tu hijo en un juego de exploración con su amigo o compañera. Pregunta con curiosidad a qué están jugando para obtener una respuesta positiva
  • Ayúdalo a regular su conducta social a través de las reglas y códigos que se manejan en nuestro medio, pero no lo hagas desde la culpa, la vergüenza y la humillación
  • Pregúntale qué entiende él sobre lo que está haciendo
  • Procura tener una actitud neutral cuando exponga lo que piensa
  • Si no puedes, pide ayuda a un tercero que puede ser su maestra, una tía, prima o la psicóloga para que cuentes con herramientas para abordar el tema sin lastimar las emociones de tu hijo
  • Él debe ver el juego sexual como parte de su desarrollo y no como algo antinatural
  • La intención al corregirlo es marcarle pautas de convivencia y límites de su entorno pero con una prioridad: no dañar su autoestima

Cuándo pedir ayuda

Para saber si debes acudir con un psicólogo, presta atención a estos lineamientos, sobre todo si tu hijo tiene entre seis y ochos años de edad. Si las escenas que te preocupan han sucedido más de tres veces, consúltalo.

Conducta inapropiada Conducta permitida
Permite que otros niños lo toquen y pide que se dejen tocar o muestren su cuerpo Se frota con una sonrisa cuando hay cambio de pañal, se baña o cambia de ropa
Menciona constantemente palabras como vagina, ano, pene, coito y sexo para llamar la atención, y hace dibujos alusivos Habla de las diferencias físicas entre mujeres y hombres. Mira los genitales de los padres sin acosarlos (puede ser que quiera tocarlos)
Actúa de manera muy familiar o incluso erótica con adultos que no conoce Si tiene oportunidad de espiar el cuerpo de otra persona, lo hace con curiosidad y pregunta
No deja de contar chistes sexuales y utiliza expresiones obscenas Cuando alguien dice palabras “sucias” empieza a entender que son reprobables
Se esconde con frecuencia para jugar con sus genitales Juega al doctor o a mamá y papá desde los 3 años
Imita al otro sexo burlándose con agresiones e insultos Finge ser del sexo opuesto (pero le gusta el propio)
Actúa un encuentro sexual con o sin ropa Pregunta cómo nacen los bebés
Busca y muestra conductas sexuales con los animales hasta molestarlos Muestra interés por la sexualidad animal pero no le obsesiona

Cathy Calderón es psicóloga clínica especializada en terapia sistémica y narrativa, y problemas de aprendizaje y atención. Consúltala al T. 6395 0922 o ccalderonterapia@hotmail.com

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