Probablemente piensas que es demasiado pequeño para enterarse de estas cosas, o crees que hacérselas saber es una forma de incitarlo a que tenga relaciones sexuales a edad temprana, sin embargo, de este conocimiento dependen muchas de las decisiones que tomará a futuro, que además de tener consecuencias en su salud, las tienen también en su proyecto de vida. Por eso, la educación sexual no se enfoca exclusivamente en la genitalidad y las relaciones sexuales, engloba el desarrollo, la salud reproductiva, los valores, las relaciones interpersonales, el afecto, la imagen corporal, el género, la identidad; es decir, las dimensiones biológica, psicológica y socio-culturales.
Tener una visión positiva sobre la sexualidad, y saber lo necesario para cuidar su salud, le ayudará a:
- Enfrentar sus sentimientos de una mejor manera
- Asumir el control de sus decisiones
- Tener relaciones afectuosas
- Enfrentar la presión de grupo entre sus iguales
- Desarrollar la autoestima y confianza en sí mismo
- Vincularse con los miembros de su familia
- Entender que sus acciones tienen consecuencias
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Cuándo y cómo hablar
Lo mejor es comenzar en los primeros años de su niñez, pues desde que nace, comienza a recibir mensajes sobre sexualidad a través de cómo nos comportamos y las cosas que decimos enfrente de él, la manera en que le hablas, les enseñas las partes de su cuerpo y le transmites información acerca de su conducta.
Es posible que no manifieste ninguna inquietud respecto a estos temas, de cualquier manera, debes tomar la iniciativa y aprovechar cualquier pretexto para propiciar la conversación y de esta manera despertar su interés sin tener recurrir a una “plática” formal. Tienes que tomar en cuenta que no es una lección la que le estás dando, sino que contribuyes a su formación, además de que conforme sus conocimientos se van ampliando, le van surgiendo dudas, por lo que estas conversaciones se tienen que seguir dando a lo largo del tiempo.
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¿Qué debe saber?
Aparte de transmitirle los hechos biológicos, debemos hacer que comprenda que las relaciones sexuales implican afecto, atención y responsabilidad; así como darle a conocer nuestros propios valores, los cuales puede que adopte o que le sirvan de referencia mientras llega a establecer los suyos.
Una de las cosas que hay que tener presentes es que debemos responderle de acuerdo a su edad, grado de madurez y comprensión, sin darle más o menos información de la que está pidiendo y es capaz de comprender. A continuación, algunas recomendaciones sobre lo que los niños deben saber de acuerdo a su edad, según Planned Parenthood Federation of America:
Hasta cinco años
- La diferencia que existe entre el cuerpo de un niño y un adulto (masculino y femenino)
- Cómo es que llega un bebé al interior de una mujer y cómo es que sale
- Cómo se llaman todas las partes del cuerpo, incluidos los órganos reproductivos y sexuales
- Es normal tocárselos por placer pero se debe hacer en privado
- No hay que acceder al contacto no deseado
De cinco a siete años
- Todos somos seres sexuales, incluidos nuestros padres y abuelos
- Existen distintas estructuras familiares y cada quién tiene su papel y responsabilidades
- Un amigo es alguien con quien disfrutamos estar, compartimos y nos apoya
- Reconocer y protegerse de posibles abusos sexuales
- La identidad sexual incluye la orientación sexual
De ocho a 12 años
- Cómo se desarrolla el cuerpo y en qué se diferencia el masculino del femenino
- Aspectos de la pubertad como: cuándo comienza, menstruación, sueños húmedos, higiene personal, altibajos emociones
- La masturbación es común, no tiene porqué haber sentimientos de culpa, pero hay que hacerlo en privado
- Qué son las enfermedades de transmisión sexual y cómo evitarlas
- El ciclo de la fertilidad y del embarazo
- Métodos anticonceptivos
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Consejos para manejar la situación
- Toma en cuenta que no existe el momento ni el lugar específico para hablar de este tema
- Ponte de acuerdo con tu pareja en cuanto a qué conocimientos y valores les parece adecuado transmitir
- Antes de expresar tu punto de vista, trata de darle información explícita. Probablemente no estás de acuerdo con algunos temas, pero el hecho de que esté al tanto de estos, en lugar de corromperlo, lo protege
- No esquives sus preguntas, pues entonces sentirá que hay cosas sobre las que no se puede hablar. Si crees que lo que quiere saber no es adecuado para su edad, trata de adaptar la información
- En lugar de abordar todos los temas posibles en una sola “conversación”, es preferible tener pequeñas pláticas frecuentes
No te preocupes nadie es experto en estos temas. Al final del día es mucho más importante tu manera de hablar y de responder que lo que sabes. La clave es que tu hijo sienta que en casa no hay temas de conversación prohibidos, que puede confiar en ti y hablar sobre cualquier cosa.