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El niño deprimido

Los niños también pueden sentir depresión por muchos factores, no dejes que a tu hijo le pase.

Se tiene la creencia de que los niños deben de ser alegres y despreocupados, descartando la posibilidad de que puedan padecer depresión. En este sentido cabe aclarar que el término de depresión se usa muchas veces sólo para para denominar ciertas emociones provocadas por situaciones de la vida diaria, sin que se considere como una enfermedad.

Pero en realidad la depresión es una enfermedad que puede afectar a una persona en cualquiera de las etapas de su vida. Se trata de un trastorno afectivo que conlleva un conjunto característico de síntomas físicos y emocionales. El origen de la depresión puede ser una pérdida importante tanto material como afectiva, así como también un acontecimiento productor de estrés.

Esta enfermedad se caracteriza por un desequilibrio neuroquímico y conductual, que no sólo se limita al individuo que la padece, pues afecta también el entorno familiar. Es por ello que el diagnóstico debe realizarlo un especialista de la salud mental (Psicólogo clínico infantil o Psiquiatra de niños). El tratamiento se realiza con terapia individual, en algunos casos se utilizan medicamentos antidepresivos, que sólo deben ser prescriptos por un psiquiatra o un médico con experiencia en el uso de estos psicofármacos. Sin embargo, es importante que dentro del tratamiento se incluya la terapia familiar cuando el afectado es un niño.

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¿Cómo puedo saber si mi hijo está deprimido?

Existen una serie de comportamientos que nos pueden señalar la posibilidad de que un niño está atravesando un estado depresivo, algunos de ellos son:



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  •  Cuando deja de realizar actividades que le eran placenteras o interesantes
  •  Falta de motivación, poca energía y aburrimiento persistente
  •  Tristeza, desesperanza, irritabilidad
  •  Baja autoestima y culpabilidad
  •  Problemas escolares, ya que le es difícil poner atención y concentrarse
  •  Dificultad para relacionarse, por lo que prefiere aislarse
  •  Molestias físicas sin haber una causa o enfermedad física
  •  Reacciona de forma hipersensible hacia el rechazo y fracaso

Los padres o los adultos pueden hacer lo siguiente si sospechan que el niño tiene un problema depresivo:

  1.  Deben acudir con un especialista (psicólogo o psiquiatra infantil) quien realizará valoración y diagnóstico.
  2.  El niño debe someterse a una evaluación psicológica.
  3.  El tratamiento puede ser multidisciplinario, en cuanto a la utilización de medicamentos y la psicoterapia con el niño.

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