Intraligamentoso. Se produce cuando la trompa se abre hacia los tejidos que la unen a la pared de la pelvis
Abdominal primario. El óvulo fertilizado se adhiere a un órgano abdominal
Abdominal secundario. El embrión es expulsado al abdomen y la placenta permanece unida a la trompa, por lo que el feto sobrevive y crece
Ovárico. Es todavía más raro y se cree, aunque aún no se ha comprobado, que la mayoría se producen debido a la presencia de cicatrices, bolsas, retorcimientos o adherencias en el recubrimiento de estas, ocasionados por infecciones en dichos conductos
Asimismo, las trompas pueden ser demasiado angostas debido a algún defecto congénito, o que el recubrimiento del conducto sea semejante al del útero. Por otra parte, algunos tumores pélvicos pueden deformar a la trompa y obstruirla de manera que el embrión no pueda moverse hacia abajo. En teoría, las alteraciones endocrinas pueden retrasar la movilidad de estos conductos.
Cualquiera que sea la causa, cuando se da la implantación en la trompa, se puede considerar que la migración del huevo fertilizado se retrasó debido a algún factor extrínseco, de manera que el embrión creció hasta un punto en el cual se dio la implantación, o que el mecanismo para dicha implantación se activó prematuramente en el huevo dentro del conducto.
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Es frecuente que los embarazos ectópicos se confundan con otras afecciones. Cuando la gestación se da en la ampolla de la trompa de Falopio, es típico que la mujer pierda uno o dos periodos menstruales; sienta molestias en la parte inferior del abdomen; tenga episodios de sangrado vaginal ligero e irregular y se sienta débil.
Muy probablemente no habrá síntomas de embarazo y las pruebas de éste darán resultados negativos. Al hacer el examen pélvico, el médico percibirá una masa suave e inflamada en un lado y es necesario diferenciar, en esta etapa, entre si es ectópico, intrauterino con aborto, apendicitis aguda, cólico intestinal, inflamación de la trompa de Falopio y el retorcimiento de un tumor ovárico.
A menos que se pueda hacer el diagnóstico, el paciente se sigue quejando durante varios días más, después siente un dolor agudo repentino y se colapsa debido a una hemorragia abundante en el abdomen.
El dolor agudo y la hemorragia abdominal se deben -casi siempre- a que la implantación ocurrió en la porción ístmica de la trompa, y la ruptura del conducto y la hemorragia suceden en forma simultánea. Con gran frecuencia, la mujer pierde una menstruación, tiene sensación de presión pélvica, siente la necesidad de orinar y se desmaya en el baño. Es posible que cuando llegue al hospital esté inconsciente y sin pulso debido a la pérdida de sangre.
Es común que los embarazos intersticiales se confundan con los intrauterinos, pero las pacientes tienen dolor y pueden presentar sangrado vaginal intermitente. Después de varios meses sienten dolor agudo repentino, se desmayan debido a una hemorragia intra-abdominal grave y pueden morir antes de recibir ayuda. La mayoría de las mujeres que mueren por embarazos ectópicos lo hace a causa de los de tipo intersticial.
Algunas veces se presentan embarazos combinados, en los cuales uno es ectópico y el otro normal, o uno en cada trompa. Esto dificulta el diagnóstico y el tratamiento, sin embargo, en muchos casos se ha logrado extirpar el feto ectópico y dejar que el normal llegue a término. También ha sucedido que un embarazo ectópico haya llegado a término y se haya logrado un bebé sano al operar. En otros casos, el feto ha muerto y se ha reabsorbido o, si era un feto más desarrollado, ha muerto y se ha convertido en una masa calcificada.
Una vez que se diagnostican, el tratamiento para los embarazos ectópicos fuera de la cavidad uterina consiste en intervenir quirúrgicamente con rapidez a la madre, cuidando el reemplazo de sangre y líquidos.