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La espiritualidad en los niños

Guía a tu hijo para que esté en contacto con sus emociones y logre conocerse mejor.

Por Mamá Gallina

Ser padre te enfrenta a tomar muchas decisiones con respecto a tus hijos, pero pocas son tan importantes como el decidir qué camino espiritual van a tomar.

En algunas familias pasa de generación en generación sin ser cuestionada, pero para otras no es tan sencillo si los padres han abandonado con la religión que nacieron o no tienen una.

Es un tema polémico y no creo que haya una solución correcta pues cada familia debe elegir qué es lo mejor para ellos, pero enseñarles a nuestros hijos a ser espirituales no está sujeto a tener o no una religión y a la larga si se cultiva los ayudará a ser más empáticos, manejar mejor sus emociones, cuidar sus pensamientos y ser agradecidos con todo lo que los rodea.

Una manera muy sencilla de crear hábitos espirituales en nuestros hijos es la meditación. No debe durar mucho, con un par de minutos que logren cerrar los ojos y agradecer algo que pasó en el día es suficiente. Con este ejercicio logran hacer una pausa para poder conectar con su mente y su corazón. Si lo practican diario, poco a poco, se convertirá en un hábito, y más grandes lo podrán seguir haciendo ya sea cuando recen o solamente para conectarse con esa parte espiritual que todos tenemos.

Es precioso observar cómo los niños tienen una gran naturalidad para conectar con su lado espiritual. Adoro escuchar sus voces diciendo que dan gracias por sus juguetes, su perro, sus hermanos, amigos y escuela.



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Otra práctica que podemos hacer con ellos es tener una intención espiritual al cumplir las consecuencias de sus actos. Me explico: cuando nuestros hijos sufren una consecuencia, es decir, cuando han hecho algo como pegarle a un hermano o no hacer la tarea y deben cumplir con el resultado de sus actos. Por ejemplo, no poder ir en la tarde a casa de un amigo o ver la televisión con sus hermanos; estos pequeños sufrimientos o frustraciones encauzados a la larga les ayudarán a aprender que el camino para madurar requiere de esfuerzo y paciencia.

Aquí debemos guiarlos para que estén en contacto con sus emociones y que a través del autoconocimiento e introspección logren conocerse mejor.

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Cuando le cumplas una consecuencia a tu hijo (a) pregúntale: ¿qué sientes?, ¿estás triste?, ¿enojado? Si les ayudamos a ponerle el nombre a sus emociones, será un gran paso.

¿Por qué es tan importante tener un camino espiritual?

La mente y las emociones son dos cosas que nos cuesta mucho trabajo domar. No hablo de reprimirlas, sino de encontrar maneras de canalizar y lidiar con ellas para que nos liberen de reaccionar de manera impulsiva y destructiva. La espiritualidad es un camino que durará toda la vida y de perseverancia porque cuando crees que has superado ciertos obstáculos, vuelves a caer y eso es una parte esencial del proceso.

Nuestro aprendizaje no es como una gráfica que sube o baja, es un crecimiento en espiral donde avanzamos tres pasos y retrocedemos dos y luego volvemos a dar tres pasos adelante, pero nuestro punto de partida siempre será un poco mejor que el anterior.

En un principio esta tarea puede parecer difícil ya que debemos intentar y volver a intentar un sinfín de veces, pero todo lo que de verdad queremos y deseamos requiere de mucho esfuerzo.

Para los adultos que empezamos en este camino ya mayores, será un poco más complicado crear hábitos de autoconocimiento y espiritualidad, pero no es imposible.

Es importante que la espiritualidad no sea impuesta en nuestros hijos y sea más un ejemplo y una vivencia. Si nosotros la vivimos de una manera real y profunda entonces la podemos compartir con ellos.

@mamitagallina

mamá gallina

 

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