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El mejor regalo para un niño

No hay mejor regalo para los críos que la forma de educarlos.

Por Martha Debayle 

Todos hemos escuchado que abril es el mes del niño. Las tiendas se llenan de juguetes y los medios de mensajes “amorosos” que nos invitan a festejarlos. Para mí, no existe mejor manera de celebrar que echándonos un clavado a la conciencia.

Pensar en ese día nos abre dos caminos: uno meloso y rosa que seguramente encontrarán en la televisión o la radio y otro (del que me puedo declarar fan) es el de entender la verdadera responsabilidad que tenemos cuando contamos con la oportunidad de alimentar su alma.

Un hijo no es un cheque en blanco ni al portador, ya lo hemos dicho en varias ediciones de bbmundo; y creo que nunca estará de más recordar la importancia que tiene lo que le dices, lo que le enseñas y lo que le demuestras con tu comportamiento cotidiano.

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¿Realmente entendemos que para ellos lo que les expresamos es su marco de referencia para enfrentar la vida? Lo que hacemos con nuestras propias vidas es lo que les muestra qué está bien, qué no, qué es aceptable y, como les he dicho muchas veces, sus hijas o hijos buscarán para sí mismos lo que les es familiar. ¿Les gustaría que tuvieran una pareja como ustedes? ¿O una pareja como la que tienen ahora?



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“Diles que son lo que tú quieres que sean” es una de las frases que más repito en el programa y últimamente, cuando conocemos el número de familias reconstruidas, entendemos la enorme urgencia de reconocer el impacto de nuestras acciones.

¿Cuántas veces usamos a los hijos como un basurero emocional? Ya sé, la pregunta es fuerte pero si pensamos en las personas divorciadas que utilizan a los críos para fregar al ex, ¡nos alarmaríamos! La mala noticia es que ese ex ya es un adulto y sabrá decidir qué hace con esas actitudes, pero los hijos no y serán los verdaderos damnificados.

Lo mismo ocurre cuando usamos frases como “Eres un flojo”, “Si no haces esto, es porque no me quieres”, “Yo que me he sacrificado tanto por ti”. ¿Se dan cuenta de la enorme carga que se pone sobre esas personas indefensas a quienes supuestamente debemos cuidar y proteger? Podríamos llenar decenas de páginas con ejemplos similares, unos más graves que otros; sin embargo creo que con esto queda una idea bastante clara de lo que estoy hablando.

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Y regreso a mi punto inicial: no hay mejor regalo para darles que replantearnos la forma en la que los estamos educando, hacer nuestra chamba para renovar a la persona que somos y por ende, al tipo de padres que tienen. La mejor manera de celebrar será a través de la conciencia y el crecimiento. Por eso los invito a que celebren a sus niños desde la responsabilidad, el compromiso y una extraordinaria versión de ustedes mismos

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