Definitivamente la vulnerabilidad durante el embarazo no es un invento ni te estás volviendo loca. Lo que sucede es que las emociones que se experimentan durante la gestación están reguladas por el sistema nervioso simpático, el mismo que regula todas las acciones del cuerpo que se hacen de forma automática, como la respiración, el latido cardíaco, la dilatación de la pupila, etc.
Hay casos de mujeres que siempre han tenido mucha seguridad en sí mismas, y de pronto, durante su embarazo comienzan a dar muestras de inseguridad y no tiene ni idea de qué es lo que quieren. También hay mujeres que, aunque toda la vida han sido independientes, comienzan a sentir que no pueden solas y que necesitan la ayuda y el apoyo de alguien más para poder sobrellevar su embarazo. Este tipo de emociones pueden llegar a producir una sensación de descontrol y confusión pues van en contra del concepto que tenían de sí mismas.
Es completamente normal que el incremento en los niveles hormonales te haga hipersensible y tu estado de ánimo cambie en cuestión de minutos. Sin embargo, si la situación general que envuelve tu embarazo se vuelve demasiado difícil y sientes que te hacen falta las herramientas para salir adelante, lo más importante es que aceptes que necesites ayuda profesional y busques el apoyo adecuado.
Recuerda que las emociones en el embarazo no sólo tienen que ver con lo que tú sientes, sino también con lo que le transmites a tu bebé y que los sentimientos no resueltos o las emociones negativas pueden afectar su salud.
Si resuelves todos tus conflictos emocionales, independientemente de la vulnerabilidad típica del embarazo, entrarás en un estado de armonía a nivel físico, emocional y mental, lo que te permitirá darle a tu bebé un ambiente de mejor calidad, con lo que crecerá más sano y seguro de sí mismo.
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Todo lo que sientes se lo transmites a tu bebé a través de tu torrente sanguíneo: si tú te sientes feliz y en paz, eso será lo que tu bebé sentirá.
Cuando se vive un embarazo sin emociones dañinas se suele tener una gestación completa, es decir, un embarazo de 40 semanas, y un parto sin complicaciones.