Anita quiere gritar es uno de los cuentos sobre abuso sexual infantil de la escritora Liana Castello. Cuento sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos.
Anita quiere gritar
Anita vive con su madre y su padrastro. No recuerda a su padre, ni sabe qué fue de él. Vive con ese hombre cuya mirada, aún desde muy pequeña, jamás le gustó. Siempre se sintió observada, pero no con la mirada del cuidado, sino co los ojos de un hombre que mira a una niña como seguramente no debe mirarla. Hubo un tiempo en el cual Anita no entendía esa mirada y la actitud que ese hombre mostraba frente a ella cuando se quedaban a solas. Ahora, aunque aún sigue siendo pequeña, puede entenderlo desde el más brutal sufrimiento.
Hace unos pocos años, descubrió que la espiaba mientras su madre la bañaba, vio cómo miraba su cuerpito y sintió que ése era un camino sin retorno. Ese hombre tenía una actitud diferente cuando quedaba a solas con Anita que cuando estaba la mamá. La acariciaba, la sentaba en sus piernas, pero no de un modo paternal, ella siempre supo eso, siempre se sintió incómoda a su lado y con un miedo infinito.
Recuerda haberle pedido a su madre que no la dejara a solas con él y que su madre no le diera importancia y que pensara que ella no lo quería porque no era su padre. El miedo se convirtió un realidad un día que Anita jamás podrá olvidar. Para ese hombre enfermo ella no pareciera ser una niña, la mira como una mujer y la toca como a una mujer. Anita no entiende el por qué, tiene pánico y quiere gritar pero no lo hace.
Las pesadillas que Anita tiene cuando duerme en nada se comparan a las que vive cuando ese hombre abusa de ella. Ha intentado escapar de él más de una vez, ha llorado, ha implorado que no la toque, hasta le ha dicho que le contaría a su madre, pero nada hace que su padrastro se detenga.
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Ese hombre enfermo la intimida, la amenaza, le dice que su madre no le creerá y que nadie lo hará, que quedará en ridículo ante todos y humillada para siempre. Su madre parece no darse cuenta de nada y Anita se pregunta si eso es posible, porque ella llora, no quiere quedarse a solas con su padrastro, se orina en la cama, camina con dificultad porque su cuerpo se queja también del abuso.
Si bien ella no le ha dicho nada ¿no es suficiente con verla? ¿No se da cuenta su madre de cómo ese hombre la mira? ¿Puede estar tan ciega? ¿A quién le creería su mamá a ella o a su esposo?
Anita comienza a dudar, se siente sucia, indigna, culpable. Tal vez ella ha hecho algo que merezca semejante castigo, no lo sabe, pero necesita saberlo.
Anita quiere gritar, que todo el mundo se entere de lo que le sucede, que alguien la salve de ese hombre, pero no se anima porque el miedo la paraliza.
Necesita confiar en alguien, pero si no puede confiar en su propia madre ¿en quién sino? ¿Habrá en este mundo alguien bueno que la rescate y rescate su niñez, que la despierte de esa pesadilla eterna? Mientras se lo pregunta, Anita ahoga su grito una y otra vez.
Fin
Autora: Liana Castello
Ilustración: María Carranza
Cifras de abuso sexual en México
El tema del abuso sexual infantil es un tema delicado a nivel mundial. Es por eso que instituciones y organizaciones han decidido levantar la voz y hablar de la realidad que existe alrededor del tema. Siendo así que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer en un informe que México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil.
Esta información se dio a conocer en el foro «Violencia Sexual Infantil y Adolescente: Retos Legislativos», donde el médico, Javier Enrique López Aguilar, del Hospital de Pediatría del Centro Médico Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), confirmó este dato, ya que en el país se han registrado 5.4 millones de casos al año.
Ante estos datos, donde se anuncia que México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil, el Colectivo contra el Maltrato y Abuso Sexual Infantil comentó que las cifras mencionadas podrían no ser realistas.
Lo que sí es una realidad es que el tema es delicado y urge resolver ya que, incluso cuando el INEGI reportó que al menos 4.4 millones de mexicanas de 15 años y más sufrieron abuso sexual durante su infancia, sigue sin haber un programa de apoyo en forma, para las víctimas.
Ante esto la UNICEF, como parte de sus propuestas en la Agenda de la Infancia y la Adolescencia 2019-2024, exhortó a «lograr que las leyes federales y estatales prohíban y sancionen el castigo corporal, el abuso sexual y todos los tipos de violencia en contra de niñas, niños y adolescentes», ya que el periódico La Jornada, informó que en el país, sólo 1% de los recursos para la infancia está destinado para la prevención y protección del abuso sexual y la explotación.
Por lo tanto, además de exigir a las autoridades que implementen leyes eficaces, nosotros desde casa debemos educar a nuestros hijos en este tema y enseñarles cómo detectar y denunciar agresiones de todo tipo.