Aparecen cuando los melanocitos, células encargadas de dar color a la piel, crecen en grupo. Son muy comunes y la mayoría de las personas tienen entre 10 y 40 en todo el cuerpo. Por lo general aparecen en la niñez y hasta los 35 o 40 años.
Se consideran normales si su forma es simétrica, redonda u ovalada y con los bordes bien definidos. Son de color rosado o café y su tamaño es menor o igual a 6 milímetros, lo que mide la goma de un lápiz.
Señales de alarma
Para descartarlo, es recomendable estar al pendiente y realizar con frecuencia la prueba del ABCDE:
- Asimetría: al trazar una línea por en medio cada parte es diferente entre sí
- Bordes: son irregulares, imprecisos y mal definidos
- Color: suele tener dos o más tonos de café, bronceado o negro
- Diámetro: rebasa los 6 milímetros, aunque al inicio pueden ser más pequeños
- Evolución: cualquier cambio en el contorno, la pigmentación, elevación o síntomas como comezón, dolor o sangrado
Si notas alguno de estos cambios, consulta al dermatólogo para que descarte alguna complicación.
Mayor riesgo
- Tener más de 50 lunares en todo el cuerpo
- Exponerse al sol sin la protección adecuada
- Utilizar lámparas solares y camas de bronceado
- Tener antecedentes familiares de melanoma