3 posturas para amamantar
Hora de alimentarlo
Con la lactancia no sólo le das los nutrientes necesarios para crecer sino que al hacerlo, ambos secretan una hormona llamada oxitocina que los ayuda a fortalecer su vínculo emocional y a “enamorarse” literalmente uno del otro.
Esta sustancia también es indispensable para producir leche, pero está comprobado que si estás nerviosa, tensa, estresada, incómoda o triste, el reflejo de salida se bloqueará.
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Además de los aspectos anímicos, la postura corporal al ofrecerle el pecho es vital. Para sentirte relajada y cómoda, ten en cuenta las siguientes opciones de posturas para amamantar:
Checa: ¿Puedo amamantar si no es mi hijo?
Acunada o estirado
Siéntate en un lugar agradable con la espalda recta y acuesta a tu bebé de forma que su cara quede frente a tu pecho, los pies hacia el otro y su cabeza reposando sobre tu antebrazo.
Tu vientre y el suyo tienen que estar en contacto. Su brazo puede quedar debajo como si rodeara tu cintura. Usa un taburete o banco pequeño para que tus piernas descansen.
Con las buenas posturas para amamantar, evitarás los molestos dolores de espalda y las grietas en los pezones
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Sentada o de caballito
Ponlo frente a ti con una pierna a cada lado de la tuya y con tus manos haz soporte en su cabeza y espalda.
Aunque es poco frecuente, esta modalidad es muy útil para niños con dificultad de fijarse al pecho y el pezón, y para aquellos que presentan reflujo.
Mientras come o lo arrullas procura tener agua, un libro o el teléfono a la mano para no interrumpir su proceso de descanso
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Recostada
Otra de las posturas para amamantar, es que te acuestes de lado, colocándolo hacia a ti. Asegúrate de que su cuerpo esté recto y para mayor comodidad pon una almohada debajo de tu cabeza y detrás de él en la que puedas apoyarlo.
Es una de las posturas para amamantar clave, para las tomas en la noche y cuando aún tienes molestias posparto.
Sea cual sea la que elijas, verifica que succione con la boca bien abierta cubriendo toda la areola, el labio inferior hacia afuera y la lengua debajo del pezón. Si escuchas que chasquea, no está tomando correctamente.
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El eructo
Es un reflejo digestivo natural en el que se expulsa aire y a veces va acompañado de un poco de leche. Para ayudarlo a sacar lo que ha ingerido, siéntate erguida y apóyalo sobre ti con su barbilla recargada en tu hombro.
Dale suaves palmadas en la espalda durante 10 o 15 minutos hasta que lo logre. Funciona hacerlo de las nalgas hacia el cuello y colocar tu mano en forma de “cuna”.
Si cuando lo amamantas oyes que chasquea la boca, cambia de posición pues es sinónimo de que no hay una transferencia correcta de leche
Rutina para descansar
El sueño es clave para su óptimo desarrollo y enseñarlo a dormir requiere mucha paciencia de tu parte. Por ello es ideal que armes un ritual que le ayude a identificar que el momento ha llegado y así lo aproveche al máximo.
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- Dale un baño y aliméntalo para que esté satisfecho
- La mayoría de los expertos recomiendan dejarlos en un estado de somnolencia en los brazos y enseguida llevarlos al colchón estando aún despierto. De esta manera aprenderá a descansar solo
- Puedes sentarte en una silla mecedora que facilite el arrullo
- Ponle música relajante o cántale a volumen bajo
- Colócalo boca arriba o de costado en su cuna para reducir el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) durante sus primeros meses. Acomódalo boca abajo únicamente cuando esté despierto, siempre bajo tu supervisión
- Procura dormir mientras él lo hace para recuperar energía