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Sí, aunque suene raro, respirar por la boca puede provocar caries, incluso si tu hijo tiene buenos hábitos de higiene.
La saliva es más importante de lo que crees
Cuando respiras por la nariz, tu boca se mantiene cerrada y húmeda, lo que permite que la saliva cumpla su función protectora. La saliva ayuda a neutralizar los ácidos, arrastra restos de comida y controla las bacterias. Por eso esto se vuelve una de las razones por las que le sale caries a tu hijo.
Pero si respira por la boca, sobre todo al dormir, su boca se seca. Y sin saliva, los dientes pierden su capa natural de defensa. Esto hace que las bacterias se acumulen más fácil y comiencen a dañar el esmalte.
Un estudio publicado en The Journal of the American Dental Association lo confirma:

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Los niños que duermen con la boca abierta tienen más riesgo de caries, aunque se cepillen los dientes regularmente (JADA, 2015).
Razones por las que le sale caries a tu hijo: bacterias en la boca
Otro problema con la respiración bucal es que altera el equilibrio de bacterias. En una boca sana, hay bacterias “buenas” que ayudan a controlar a las dañinas. Pero al respirar por la boca, este equilibrio se rompe, y las bacterias que provocan caries encuentran el ambiente perfecto para multiplicarse.
Además, muchos niños que respiran por la boca también tienen la lengua mal posicionada o el paladar estrecho, lo que complica aún más el correcto desarrollo de sus dientes y mandíbula.
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Señales de que tu hijo respira por la boca
- Tiene la boca abierta la mayor parte del día
- Ronca o respira fuerte al dormir
- Se levanta con mal aliento
- Duerme mal o está irritable por las mañanas
- Su dentista nota caries frecuentes sin razón aparente
Lo más importante es detectar la causa raíz. No se trata solo de cepillar más o quitarle los postres. Si hay una obstrucción nasal, alergias o malos hábitos orales, lo ideal es tratarlos cuanto antes.
Si tu hijo tiene caries y no hay una razón clara, no te sientas culpable. No siempre se trata de higiene o azúcar. A veces, su cuerpo está dando señales más profundas que vale la pena atender.