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Que digamos que parezca adolescente no significa que tu hijo esté adelantado o que algo anda mal. De hecho, es una etapa clave en su desarrollo. Lo que pasa es que, igual que en la adolescencia, su cerebro está en plena remodelación. Y eso trae sus debidas consecuencias. Y sí, se lleva tu paciencia entre las patas.
¿Por qué los toddlers se portan TAN mal?
Durante los primeros años de vida, el cerebro de tu hijo se desarrolla a una velocidad impresionante. Entre los 18 meses y los 3 años, su corteza prefrontal (la parte encargada de regular emociones, planificar y tomar decisiones), aún está inmadura. Por eso explota cuando no consigue algo que quiere, no sabe esperar y cambia de humor de un segundo a otro.
¿Y esto qué tiene que ver con adolescencia? Esa misma parte del cerebro también entra en remodelación en la pubertad. Por eso los dos momentos comparten comportamientos similares: explosivos e intensos.
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Se creen adultos independientes
A los dos años, tu hijo empieza a decir que no a todo. No quiere que lo ayudes a NADA, no quiere lo que le ofreces (a veces ni su snack favorito), no quiere que le digas qué hacer (pero tampoco sabe qué hacer). Esto tiene que ver con el inicio de su identidad. Empieza a reconocerse como alguien separado de ti, con sus propias ideas, aunque a veces no sepa cómo expresarlas sin berrinche.
Al igual que los adolescentes, ambos están construyendo su autonomía. Lo hacen a su manera, aunque muchas veces eso implique chocar contigo.
¿Cómo no perder la paciencia?
Suena IMPOSIBLE y el sueño de toda mamá o papá… no lo es, pero tampoco es fácil. Tendrás que hacer más que respirar hasta 10…
- Reconoce lo que siente: en vez de decir “no pasa nada”, prueba con “entiendo que estés enojado porque no puedes tener eso”.
- Da opciones limitadas: así siente que decide, pero dentro de lo que tú consideras adecuado. Por ejemplo: “¿Quieres ponerte la playera roja o la azul?”.
- Sé firme, pero con cariño: no necesitas gritar. Basta con mostrarle que hay reglas claras y que tú eres quien lo cuida, incluso cuando no le gusta.
Entonces… ¿es un mini adolescente?
Sí, en muchos sentidos. Ambos están en procesos de transformación física y emocional. Ambos quieren más independencia. Y ambos necesitan adultos presentes que los acompañen sin juzgar. Entonces ya sabes que en unos años te enfrentarás a lo mismo…