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Desde el embarazo te llenan de expectativas. Que el parto será el momento más feliz de tu vida, que vas a ver a tu bebé y te vas a deshacer de amor. Que ese instante será único en la vida y lo más mágico. Pero ¿qué pasa si para ti no lo fue?
Puede que en lugar de lágrimas de emoción, hayas sentido confusión, vacío o hasta rechazo. Y en lugar de compartirlo, lo guardaste. Por miedo, por vergüenza o por no saber si es “normal”.
¿Es común no sentir amor al principio?
Sí. Es mucho más común de lo que imaginas. Un estudio publicado en BMC Pregnancy and Childbirth encontró que alrededor del 40% de las madres no sienten un apego inmediato después del parto. Y eso no significa que no vayas a amar a tu bebé después. Solo que el amor materno, como cualquier vínculo, también puede tomarse su tiempo. Todo esto puede influir:
- Cambios hormonales: después del parto, tus niveles de oxitocina, estrógeno y progesterona se descontrolan. Esto puede afectar tu estado de ánimo y tu capacidad de conexión emocional inmediata.
- Expectativas poco realistas: si creciste creyendo que el amor materno es automático, cuando no es así te puedes sentir mala madre.
- Partos complicados o traumáticos: una experiencia médica difícil puede interferir con ese primer vínculo.
- Depresión postparto: este trastorno afecta entre el 10% y el 20% de las madres recientes, según la OMS. Y uno de sus síntomas es la desconexión emocional con el bebé.
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La culpa en la maternidad
Sentir que no “amas lo suficiente” puede desencadenar un ciclo de culpa silenciosa. Piensas que deberías estar feliz, que no tienes derecho a quejarte, que tu bebé merece algo mejor. Pero esa autoexigencia solo empeora las cosas.
Aceptar lo que sientes no te hace egoísta. Te hace humana. Hablarlo, pedir ayuda y quitarle el peso al “deber ser” es el primer paso para salir del túnel.
La conexión llega, de forma distinta, tal vez más lenta, pero también más profunda. Un vínculo que se construye con miradas, con días de cansancio, con contacto piel a piel, con momentos de calma o incluso frustración. Así nace el amor real. No siempre con fuegos artificiales, pero sí con conexión auténtica.
¿Qué puedes hacer?
- Habla de lo que sientes. Con una amiga, un psicólogo o alguien de confianza. Nombrar la emoción le quita poder.
- Busca ayuda profesional. Un psicólogo perinatal puede ayudarte a procesar tus emociones sin juicios.
- Evita compararte. Cada mamá y cada bebé tienen su propio ritmo de conexión.
- Cuida tu salud mental. Dormir, alimentarte y darte espacios para ti también es cuidar a tu bebé.
Fuente:
BMC Pregnancy and Childbirth: Postpartum bonding: a review of factors that influence mother–infant attachment
