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Una triste situación

¿Has escuchado sobre el Síndrome de Alienación Parental? Puedes estar haciendo que tu hijo lo sufra.

En las últimas semanas hemos hablado del tiempo como el mejor regalo que los padres pueden dar a sus hijos. Recibí un breve mensaje de un padre a quien, al parecer, no le permiten dar este tiempo a su hijo.

Doctora, se entiende. Pero cuando hay una situación donde el hijo no es fruto de una relación de matrimonio, uno llega a verlo y quizá por sus cortos años no lo comprende y prefiere irse con su madre… Es duro.

Me queda claro que la situación por la que está pasando este lector debe ser muy dolorosa y frustrante. Y es que, muchas veces, la ira y el dolor que acompañan a la ruptura de una relación llevan a las personas a tratar de desquitarse impidiendo al otro ver a los hijos para hacerle pagar por lo que ha hecho en el pasado. Este tipo de comportamiento impacta negativamente al niño que está atrapado en medio del conflicto, ¡aún si no lo sabe!

Llevada al extremo, la situación se vuelve patológica y recibe el nombre de Síndrome de Alienación Parental. Les comparto el link del tema.

Cuando llego a este punto en mi consulta, generalmente les platico a mis pacientes un chiste que me gustaría compartir con ustedes.

En el patio de un convento, una monjita intentaba barrer; pero las palomas dificultaban su quehacer. De manera que la monjita intentaba ahuyentarlas con la escoba mientras decía: «a la Ch*%&</%, a la Ch*%&</%, !» Percatándose de la situación, la Madre Superiora se acerca y, tomando la escoba en sus manos, le muestra: «pero Sor Marthita, no es necesario; mire.» La Madre Superiora intenta ahuyentar a las palomas con la escoba, mientras hace tch tch con la boca; y dice: «ellas, solitas, se van a la Ch*%&</% .»



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En este caso sucede igual. Tristemente, el niño se dará cuenta, solo, de quién es su padre y quién su mamá. Nosotros no tenemos que colaborar, pero muchas veces lo hacemos. La realidad es que es muy difícil proteger a los niños de los mensajes sutiles que se transmiten en el proceso de un divorcio; el niño capta y sufre las agresiones que se intercambian entre una pareja en proceso de desintegración.

Pero, en ocasiones, esto llega a ser patológico y da lugar a lo que se ha llamado el Síndrome de Alienación Parental. Este Síndrome fue descrito por Richard Gardner en 1985.

Se trata de el esfuerzo por parte de uno de los progenitores (más frecuentemente la madre) para denigrar al otro de forma tal que el niño ya no desea mantener una relación con él. No solamente intenta destruirlo, sino también hace que el niño se una al proceso. El niño se convierte en un arma, en el portavoz o cómplice de este intento del padre preferido por desacreditar al otro.

El precio que el niño debe pagar por recibir el amor de progenitor preferido es la destrucción de su empatía, su amor e identificación con el otro progenitor, pues se ve forzado a un conflicto abierto con el otro. Cuando el preferido logra su cometido, la relación emocional del niño con el deteriorado se rompe completamente pero, en el proceso, las necesidades del niño se ven completamente ignoradas.

Diversos especialistas han señalado que una de las mejores formas de detectar este problema es cuando los niños hablan de uno de sus padres como si fuera perfecto mientras que el otro es descrito en términos despectivos, como si fuera la encarnación de todo lo negativo. Además, en el lenguaje del niño se puede detectar que ha sido «programado»: utiliza un lenguaje que no corresponde a su edad, que sólo pudo haberle escuchado a un adulto. Generalmente refleja la excesiva descalificación del padre preferido con respecto al otro.

Por supuesto que este Síndrome afecta a todos los involucrados: ambos padres y los hijos.

El Síndrome de Alienación Parental suele ser el resultado de la dificultad que tiene el adulto para enfrentar la pérdida de su pareja. Y si el origen de la dificultad tiene su lugar en el adulto, es claro que es ahí donde debe comenzar a resolverse el problema. En ésta como en muchas otras situaciones, la prevención puede ser nuestra mejor herramienta para evitar problemas futuros. Tomemos conciencia del daño que podemos hacer a nuestros hijos con actitudes como las que he descrito; si tienes dificultad para manejar las emociones intensas que te genera una separación o divorcio (como depresión, enojo, resentimiento) busca ayuda!

Si te interesa saber más acerca del tema, también puedes escuchar el podcast del programa de radio que presentamos con Martha Debayle el 3 de abril de 2013.

Si tú te encuentras en una situación similar, intenta hablar con tu ex – cónyuge acerca de tus derechos de visita. Si te acercas a la cuestión con calma y lógica, es posible que puedas llegar a una tregua, al menos en lo que respecta a las visitas sin tener que acudir a otras instancias. Si llegar a un acuerdo sobre cualquier tema es casi imposible en este momento, tristemente puede ser momento de consultar a un abogado o recurrir a los tribunales en busca de ayuda.

¿Te gustaría compartir tu experiencia como víctima de alienación parental? Envía tus preguntas y comentarios a: midoctoranancy@gmail.com, visitar mi página web: midoctoranancy.com y acompañarme en Twitter y Facebook.

 

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