Imagina ir al hospital buscando ayuda para tu hija… y terminar acusada de hacerle daño. Eso fue lo que vivió Beata Kowalski, mamá de Maya, una niña con Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC), una condición poco común y dolorosa. Su historia se ha convertido en una llamada de atención sobre la importancia de la ética médica, la comunicación con las familias y el respeto por la voz de las mamás en los procesos de salud.
En un artículo publicado en la revista Medicina y Ética, la investigadora Jimena Mónica Muñoz analiza lo que ocurrió en este caso. Maya fue tratada con ketamina, un medicamento que a veces se usa en pacientes con SDRC cuando otros tratamientos no funcionan. Pero la incomprensión del personal médico, sumada a prejuicios y una investigación mal manejada, llevaron a la separación de Maya de su madre. Meses después, Beata, angustiada y sin poder ver a su hija, se quitó la vida.
En 2023, el Hospital Johns Hopkins fue condenado a pagar más de 260 millones de dólares por su responsabilidad en la tragedia.
Este caso ha generado debates importantes sobre el llamado gaslighting médico (cuando las preocupaciones de los pacientes o sus familias son minimizadas o ignoradas), los límites del poder médico y la necesidad de poner a las personas –y no solo a las enfermedades– en el centro de la atención.
Llegó a Netflix
Si te quieres más sobre la historia de Maya Kowalski, el documental “Take Care of Maya” en Netflix es una opción. Cuenta el caso de Maya, una niña diagnosticada con Síndrome de Dolor Regional Complejo, y cómo su tratamiento con ketamina llevó a malentendidos que resultaron en su separación familiar y la muerte de su mamá, Beata.
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