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Cosas de la lactancia que nadie más te va a decir

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La lactancia va más allá del pecho y la leche. Descubre siete cosas que nadie te dice de la lactancia y que podrían hacer toda la diferencia.

cosas que nadie te dice de la lactancia

Crédito: cosas que nadie te dice de la lactancia

Cuando estás embarazada, todo el mundo te habla de los beneficios de la lactancia. Que si es el mejor alimento, que si fortalece el vínculo… Pero hay un lado menos glam del que nadie te dice. No es para asustarte, al contrario. Es para que llegues mejor preparada y sin culpas innecesarias.

Lee: 4 consejos para sobrevivir la lactancia sin culpa

Cosas de la lactancia que nadie más te va a decir

1. No es automática (aunque te digan que es “natural”)

Sí, el cuerpo está diseñado para producir leche, pero eso no significa que tú y tu bebé sabrán cómo hacerlo desde el día uno. Aprender a dar pecho puede tomar tiempo, práctica y, muchas veces, ayuda profesional.

De hecho, la Academia Americana de Pediatría tener asesoría en lactancia desde el embarazo. Y no, no es señal de debilidad pedir ayuda. Es señal de que estás haciendo lo mejor por ti y tu bebé.



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2. Puede doler (pero no debería doler siempre)

Una molestia leve los primeros días puede ser normal, especialmente mientras tú y tu bebé se acomodan. Pero si el dolor persiste o es muy intenso, hay algo que corregir: probablemente el agarre no sea el correcto.

Y sí, también puede haber grietas, sangrado o sensibilidad extrema. No tienes que aguantarlo. Busca una consultora en lactancia o alguien capacitado para ayudarte.

 3. Dar pecho da muchísima sed (y hambre)

Durante la lactancia, tu cuerpo gasta calorías como si corrieras una mini maratón cada día. Por eso puedes tener un hambre y una sed fuera de lo común. Tener snacks saludables a la mano y una botella de agua siempre cerca puede ser clave. No es el momento para hacer dietas, es el momento de nutrirte bien.

4. La postura importa (y mucho)

Pasar horas con el bebé al pecho en una mala posición puede darte dolor de espalda, cuello o incluso lesiones en las muñecas. Tu comodidad es igual de importante que la del bebé. Usar almohadas de lactancia, apoyarte bien y cambiar de posición puede hacer una gran diferencia.

5. Puede afectar tu estado emocional (para bien y para mal)

La lactancia puede ser una montaña rusa hormonal. Algunas mujeres sienten una conexión profunda y disfrutan el momento. Otras sienten tristeza, frustración o incluso una sensación rara llamada D-MER (Dysphoric Milk Ejection Reflex o Distrofia del Reflejo de Expulsión de la Leche ), que provoca emociones negativas justo cuando baja la leche.

Lee: Todo sobre D-MER

6. Vas a escuchar muchas opiniones no pedidas

Desde tu tía que jura que “lo estás mal acostumbrando” hasta la señora del súper que opina sobre si debes cubrirte o no. Nadie más conoce tu cuerpo ni a tu bebé como tú.

Haz lo que funcione para ustedes y filtra lo demás. La lactancia no es un espectáculo público, es tu experiencia.

7. A veces no se puede (y no pasa nada)

Por más que lo intentes, hay casos en los que no se logra una lactancia exclusiva. Puede ser por cuestiones médicas, emocionales o simplemente porque no funcionó. Eso no te hace menos mamá.

Como todo, lleva su paciencia

La lactancia es mucho más que dar el pecho. Es un proceso físico, emocional y hasta social. Con información real y acompañamiento, puedes tomar decisiones desde un lugar más consciente y menos idealizado.

Recuerda: cada experiencia es distinta. Lo que le funcionó a alguien más, no tiene que funcionarte a ti. Confía en ti, infórmate y rodéate de quien te apoye sin juicios.

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