La existencia de una inteligencia naturalista es sorprendentemente persuasiva. Biólogos cómo Charles Darwin ó Edward Osborne Wilson; y ornitólogos como John James Audubon, o Roger Tory Peterson; sobresalen en su capacidad para identificar una especie de otra.
Según Gardner, la inteligencia naturalista permite detectar, diferenciar y categorizar los aspectos vinculados al entorno. Un individuo con un alto grado de inteligencia naturalista es muy consciente de cómo distinguir entre sí las diversas, plantas, animales, montañas y nubes.
Este tipo de inteligencia se desarrolló para facilitar el uso creativo de los recursos que nos brinda la naturaleza, aunque también puede ser aplicada a la vida diaria porque se complementa con otras aptitudes, como las matemáticas, lógica y análisis espacial.
¿Cómo desarrollar la inteligencia naturalista?
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Los niños mantienen un interés natural por el mundo que los rodea, por lo cual, es una aptitud muy fácil de promover durante la niñez.
Ir de campamento, excursión, visitar el zoológico, un acuario, son excelentes actividades. Si te es posible, camina con tu hijo de casa a la escuela y viceversa, esto resulta mucho más recreativo para su mente que un paseo en coche.
El uso de pintura, pegamento, plastilina, así como hojas, piedras, o arena de playa, son excelentes para hacer manualidades.
También los kits de química o cocina les permiten realizar experimentos de manera segura.
Otra manera de desarrollar la inteligencia naturalista es por medio de la recolección. Recolectar y coleccionar te inducirá a mantener un orden de clasificación e información en lo que hace.