La familia es la primera «red de contención” cuando los hijos tienen conductas inaceptables o incluso peligrosas.
Una red o familia laxa o aguada, no contendrá a los hijos y finalmente se lastimarán por no contar con límites que les permitan convivir apropiadamente. Las familias permisivas no sostienen, ni contienen a sus hijos, propiciando conductas antisociales.
Una red excesivamente tensa, establecerá tantos límites que asfixiará a los hijos(as) y finalmente los expulsará del entorno familiar, buscando “libertad” a la represión de formas también peligrosas. En realidad serán escapes, no el ejercicio de su libertad. Las familias represivas rechazan la conducta y personalidad de sus hijos a tal grado que terminan expulsándolos y fracturando la relación con ellos.
Si mamá y papá (o abuela, tíos, etcétera) no tienen una “red de contención” con la misma tensión (uno pone una red laxa y otro muy tensa) la red deja de servir y no contiene las conductas que se desean corregir.
En parejas que viven juntas o incluso en casos de divorcio, hay que evitar a toda costa trasladar la crisis o rompimiento conyugal al territorio educativo de los hijos.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Alcanzar acuerdos mínimos TIENE que ser una prioridad, aunque no estén de acuerdo en todo lo demás. Por la salud mental de los hijos y la efectividad de la educación que debemos darles.
Cuatro áreas donde los padres de familia deben tener la ÚLTIMA PALABRA y por lo tanto, presentar un FRENTE COMÚN INDISPENSABLE:
- Temas de seguridad.
- Temas de salud física y emocional.
- Temas respecto a su desempeño y colaboración en el hogar.
- Temas de preparación para su vida adulta (desempeño escolar y cualquier otro relacionado con su futuro)
Acuerdos mínimos necesarios:
“Sin importar el nivel de desacuerdo entre nosotros, la prioridad es presentar un frente común por el bienestar de nuestros hijos(as)”
“Cuando alguno decida algo, será algo válido y no nos descalificaremos ante nuestros hijos”
“Cuando estemos en desacuerdo, lo negociaremos sin que los hijos estén presentes”
Un frente común hará que tus hijos [en especial los adolescentes] comprendan que dividir no es una estrategia que les funcione.
Existen dos clases de decisiones en los hogares (juntos o separados)
- Decisiones suaves. Las que no afectan la seguridad, salud, desempeño y futuro de los hijos(as).
- Decisiones duras. Las que sí afectan la seguridad, salud, desempeño y futuro de los hijos(as).
En casos de divorcio con exparejas poco colaboradores o con quienes no pueden hablar y negociar: Si no hay acuerdo posible, establece las reglas para tu casa y apégate a ellas.
[Ayúdalos a superar el trance de una separación o divorcio, pero no permitas que sirva de pretexto para no aplicar reglas y límites, al contrario]
En este caso, actúa de manera tranquila, justa, consistente, firme y jamás hables mal de la expareja.
Vidal Schmill, Pedagogo y especialista en Desarrollo Humano, conferencista, escritor y pionero del concepto Escuela para Padres, en México.
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