De acuerdo con la profesora Alicia Castillo Martinez, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “los seres humanos sin contacto afectivo tienden a enfermarse más; no obstante, algunos pacientes a quienes se les trata de manera afectiva se recuperan más rápido, de aquí que el abrazo es tan necesario como dormir, comer e hidratarse”.
Por ello se recomienda, que los recién nacidos tengan contacto físico con sus padres, especialmente con la madre, desde la primera infancia, porque los críos se desarrollan mejor si se les brinda contacto físico como abrazos, caricias, besos e incluso, cantos (como los de cuna). Y nada como el abrazo de mamá. ¿sabes por qué?
La importancia de los abrazos
El estudio: ¿Los abrazos brindan apoyo social para amortiguar el estrés?, de los investigadores Sheldon Cohen, Denise Janicki y William J. Doyle, explica que está demostrado que los abrazos y el interés por el otro protege contra el estrés. Así, “el momento del nacimiento es una situación de verdadero estrés para el recién nacido, pero también para la mujer. De allí, la importancia de que ambos estén cerca, con contacto piel a piel”, explica el neonatólogo pediatra Javier Sánchez Nava.
Al respecto, investigadores de la Universidad de California (UCLA) escanearon los cerebros de los participantes de un estudio que demostraba la importancia del contacto físico. Así, las parejas de los participantes tomaban su mano y enseguida se activaban las regiones cerebrales asociadas con la atenuación del miedo.
“Al abrazar se segrega oxitocina (hormona relacionada al placer) al tiempo que se libera serotonina y dopamina (sustancias encargadas del buen humor), lo que genera una agradable sensación de armonía y plenitud para bebés, niños y adultos”, precisa Sánchez Nava.
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Los abrazos de mamá son únicos
Se ha demostrado que los bebés prematuros que tienen contacto piel a piel con sus seres queridos (mamá, papá, abuelos e incluso hermanos) tienen mejor respuesta para sobrevivir.
Los abrazos de mamá no solo reconfortan sino que también permiten los siguientes beneficios:
- Mejorar el sueño.
- Hay mayor control cognitivo.
- Se reduce el estrés.
- Se mejora la digestión.
“Cuando la mujer amamanta a su hijo, y lo abraza, lo mira, lo acaricia, comienza una conexión inquebrantable que permitirá al niño tener mayor confianza, sentirse cómodo y protegido, evitar el frío e incluso, reducir el riesgo de infecciones y riesgo de muerte de cuna”, advierte Sánchez Nava, entrevistado en exclusiva para Bbmundo.
De acuerdo con la Facultad de Medicina de la UNAM cuando se abraza es posible:
- Reducir el riesgo de enfermarse
- Recuperarse más rápido de trastornos o condiciones
- Generar una sensación de relajación que mejora el sueño, la digestión y la comunicación para con los otros.
- Secretar hormonas como la oxitocina que se relaciona con el apego, la confianza y la fidelidad
- Disminuir la preocupación y el miedo.
- Mejora la creatividad
- Ayudar a sentirse amado, aceptado y reconocido.
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