Hasta el momento, 3 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido notificada de al menos 228 casos de hepatitis infantil aguda de origen desconocido, y los países afectados son ya una veintena, casi el doble de los reportados hace 10 días, indicó un portavoz de la organización.
Por ello, es importante que los padres y maestros estén atentos a las hepatitis.
¿Por qué son importantes las hepatitis?
La palabra hepatitis está formada de las raíces griegas “hepa” que significa hígado e “itis» que quiere decir: inflamación. Por ello, las hepatitis son un grupo de enfermedades caracterizadas por producir inflamación del hígado.
La ciencia médica ha descubierto 5 tipos de hepatitis que corresponden a cinco diferentes virus de una misma familia y se clasifican por letras: A, B, C, D y E. Cuando la inflamación es reciente se le conoce como hepatitis aguda y si ya lleva más de seis meses les llama hepatitis crónica.
Hepatitis A
Es común que se adquiera, principalmente, en la infancia. En muy pocos casos es grave y las personas se recuperan fácilmente con descanso.
Forma de transmisión: por medio de la ingesta de agua y alimentos contaminados con el virus.
Vacuna: Sí existe
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Hepatitis E
Se adquiere a cualquier edad. En muy pocos casos es grave y las personas se recuperan fácilmente con descanso.
Forma de transmisión: por medio de agua y alimentos contaminados con el virus. También se transmite al comer carne de cerdo mal cocida.
Vacuna: no existe
Hepatitis B
Puede ser grave si el sistema inmune de la persona no puede controlar el virus, y se puede volver crónica y causar enfermedades como cáncer de hígado y cirrosis.
Forma de transmisión: Se adquiere por estar en contacto con sangre con el virus, por el uso de agujas, tatuajes o cualquier otro objeto punzocortante contaminado. Otra forma de transición es por relaciones sexuales sin el uso de un preservativo.
Vacuna: sí existe
Hepatitis C
Es la hepatitis más mortal, puesto que afecta notablemente el hígado.
Forma de transmisión: Se adquiere por estar en contacto con sangre con el virus, por el uso de agujas, tatuajes, transfusiones sanguíneas, o cualquier otro objeto punzocortante contaminado. Otra forma de transición es por relaciones sexuales sin el uso de un preservativo. Actualmente, hay medicamentos que curan por completo la enfermedad, pero son extremadamente costosos.
Vacuna: no existe.
Hepatitis D
Este tipo de hepatitis se presenta cuando una persona enfermó previamente de hepatitis B y ésta se volvió crónica.
Forma de transmisión: El virus de la hepatitis D (VHD) requiere la presencia del virus de la hepatitis B (VHB) para replicarse.
Vacuna: no existe.
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis?
Cuando un menor de edad se enferma con hepatitis no siempre tienen síntomas, especialmente si tiene menos de seis años de edad, pero cuando la supera podrá presentar:
-Decaimiento y cansancio
-Dolor de huesos y músculos
-Diarrea
-Piel amarillenta
-La esclera de los ojos están amarillentas
-Ausencia de color en los excrementos
-Orina de color jugo de manzana
-En muy pocas ocasiones hay fiebre
Todas las hepatitis son enfermedades transmisibles de una persona a otra, por ello para prevenirlas es necesario:
1.Mantener la higiene en los cambios de pañales, durante el proceso de control de esfínteres y cuando el niño ya acude por sí mismo al baño.
2. No hay que tocarse la boca con las manos sucias.
3. Es fundamental comer alimentos bien cocidos y agua purificada o hervida.
4. Evitar la ingesta de alimentos cárnicos crudos.
5. Mantener los desechos del baño en bolsas de plástico cerradas.
6. Lavar las manos de los menores de edad con regularidad, especialmente antes de comer y después de ir al baño.
7. Vacunarse con la inmunización de la hepatitis B y para ello hay que preguntar al pediatra porque esta vacuna no está en la Cartilla Nacional de Vacunación.
Medidas preventivas para la hepatitis aguda infantil
Ante este anómalo ascenso de casos de hepatitis de origen desconocido, la OMS pide a las redes sanitarias que han identificado casos, pero también otros países, que continúen las investigaciones y tomen medidas preventivas.
Recomienda en este sentido medidas ya conocidas durante la pandemia de COVID-19 (lavado de manos frecuente, no dejar que los niños contagiados convivan con otros niños) y test de sangre, suero, orina y heces de los afectados para analizar y secuenciar los posibles virus causantes.
La OMS no recomienda tomar medidas restrictivas a la entrada y salida al Reino Unido u otros países afectados, ya que por ahora no ha identificado que los viajes internacionales guarden relación con la proliferación de casos.
Hepatitis aguda infantil: no hay relación con la vacuna
La especialista de la OMS Philippa Easterbrook dijo que la hipótesis de los CDC se está estudiando, ya que han sido detectados en 74 de los 228 casos. Sin embargo, explicó que “es inusual que un adenovirus cause este tipo de síntomas tan severos” y que por ello es importante seguir haciendo pruebas de diagnóstico sistemáticas para causas infecciosas y no infecciosas.
Además, la OMS aclaró que no ha encontrado relación entre los casos de hepatitis aguda infantil y el consumo de algún tipo de alimentos, medicamentos o la vacuna contra el Covid.
“No hay nada que indique una relación con la vacuna contra el Covid, puesto que una gran mayoría de los niños [en los que se ha detectado la enfermedad] no han recibido esta vacuna”.
Cáncer y cirrosis, relacionadas con la hepatitis
El hígado es un órgano que puede enfermarse gravemente, incluso es posible que se requiera de un trasplante, cuando no se cuida correctamente. Por ejemplo, algunos tipos de hepatitis pueden desarrollar estas complicaciones:
1.Cirrosis hepática. El hígado está cicatrizado y permanentemente dañado, entre más cicatrices tenga el órgano, menos podrá funcionar adecuadamente. El consumo de alcohol y los virus de las hepatitis son las causas más comunes de cirrosis.
2. Cáncer de hígado. Esta enfermedad se presenta por hepatitis, principalmente B y C. Además, a las personas que son obesas también se les genera daño grave en el hígado.
3. Hígado graso: el consumo excesivo de alcohol, la grasa abdominal y el daño por hepatitis pueden ser una combinación perfecta para desarrollar esta enfermedad que conlleva lesiones difíciles de corregir.