Lo cierto es que el mayor desafío no está en evitar que el niño se rodee de todas esas «malas influencias», sino en la respuesta de los padres al niño que miente. Las dos reacciones más comunes son razonar con el niño o el castigo, pero estas dos opciones son de las formas más débiles de cambiar el comportamiento humano.
Entonces, ¿qué debe hacerse?
De acuerdo a Alan Kazdin, profesor de Psicología y Psiquiatría Infantil en la Universidad de Yale y director del Centro de Crianza de Yale, la mejor manera de eliminar o reducir la mentira en niños es hacer que adquieran el hábito de decir la verdad. El concepto clave es la práctica y la construcción de un hábito.
Kazdin añade que existen dos herramientas que dan soporte a la formación de dicho hábito:
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- Elogiar cuando dicen la verdad: Esto se puede lograr de muchas formas. Puede pedirle a su hijo que le platique lo que sucedió en la escuela y cuando le cuente la verdad elogie diciendo algo como “¡Eso fue genial! Me dijiste lo que sucedió hoy tal como lo pregunté”.
No tiene que elogiar a su hijo cada vez que dice algo real. Pueden ser una o dos veces al día, si es posible.
Si descubres a su hijo en una mentira, sé sincero en su reacción. Diga algo así como: «Eso no es cierto y podría meterte en problemas fuera de tu casa; recuerda que es mejor decir la verdad.» No necesita tácticas pesadas, como golpearlo, para reducir los comportamientos no deseados.
Considere su comentario como una forma muy leve de castigo, pero su tono vocal debe ser práctico. Estás expresando una leve desaprobación
- Enseña con el ejemplo: ¿Cómo puedes pedirle a un niño que diga la verdad cuando ve a sus padres mentir todo el tiempo?
Es importante que cuando un niño miente, se desapruebe completamente esa actitud y no obligues a tu hijo a mentir por ti en otras situaciones.
Se quiere influir con ejemplos de decir la verdad: cuantas más instancias de modelado, mejor.
En resumen, cuando un niño miente debe restarse importancia al castigo, ya que no es probable que no cambie el comportamiento o que no desarrolle el comportamiento que se desea.
Eso no significa ignorar la mentira o dejarla ir. Más bien, que se use un castigo muy leve (reprimenda leve, breve pérdida de privilegios, un breve período de tiempo de espera). Los castigos más severos o duraderos (gritar, quitar algo durante una semana, golpear) no son más efectivos para cambiar la frecuencia de la mentira. Recuerde que la tarea clave es practicar decir la verdad.
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