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¿Por qué mi hijo no pronuncia bien las palabras?

Te contamos sobre las praxias, unas habilidades motoras para que tu hijo tenga buena pronunciación.

Las praxias son una gran variedad de habilidades motoras que nos ayudan realizar diversos movimientos muy precisos. Las praxias orales nos permiten hacer gestos tan simples como soplar, apretar los dientes, sacar y meter la lengua, fruncir el ceño o dar un beso, todos esos son movimientos son claves para el desarrollo del lenguaje.

Si tu hijo no pronuncia bien las palabras te presentamos las praxias

De acuerdo con la terapeuta en comunicación humana, Reyna García Hernández, con especialidad en rehabilitación visual y del neurodesarrollo, adscrita al Servicio de Aprendizaje, del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), las praxias pertenecen a la especie humana puesto que “somos los únicos que podemos desarrollar la habilidad de los movimientos finos y precisos que se llaman praxias”, explica la entrevistada.

Tipos de praxias o movimientos precisos

Cuando el ser humano escribe, come y, por supuesto, habla pone en práctica las praxias, puesto que forman parte de un proceso complejo del sistema nervioso central. Es decir, las praxias son un proceso neurológico que permite organizar, planificar y ejecutar movimientos finos y precisos en el cuerpo, es una función cerebral al igual que el lenguaje mismo.

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Los expertos en procesos neurológicos clasifican las praxias en diversos tipos:

Praxias ideomotoras: en este tipo se incluye la realización de movimientos simples con una intención. Entre los que se encuentran: decir adiós con la mano, pedir silencio, hacer el saludo militar, decir que no con el dedo y decir que todo está bien con el pulgar, entre otros.



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Praxias ideatorias: permiten la adecuada manipulación de utensilios o herramientas a partir de una ordenada y precisa secuencia de acciones motoras bien coordinadas, Entre ellas están: peinarse, lavarse los dientes, atarse los zapatos, cortar la carne con cuchillo y tenedor, o llevarse la cuchara a la boca sin derramar la sopa.

Praxias visoconstructivas: son los movimientos que nos permiten hacer un dibujo, colorear sin salirse de la línea, o construir con bloques o hacer un rompecabezas y demás.

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Praxias orofaciales: Para hacer estos movimientos se requieren movimientos de labios, ojos, cejas y lengua. Este tipo de praxias se reflejan en actos o gestos tan simples como soplar, apretar los dientes, chascar la lengua, fruncir el ceño o dar un beso.

“Si se alternan las praxias orofaciales habrá un impacto en el lenguaje especialmente en los fonemas: r,l doble r y s. Cuando el niño comienza a hablar y no se les entiende, es que puede tener un problema en sus praxias, por eso hay que revisar el neurodesarrollo del menor de edad”, recomienda la experta García Hernández.

Así, “cuando un pequeño ya cumplió entre los cinco y seis años de edad u cuando habla solo le entiende su mamá, papá o su círculo cercano de familiares, es probable que tenga también torpeza manual, problemas para leer o escribir”, advierte la entrevistada.

Observa sus praxias

Si detectas que tu hijo no sabe mandar un beso, utilizar el popote o le cuesta trabajo pronunciar ciertos fonemas, vale la pena que lo lleves con un terapeuta en comunicación humana o bien con uno que sepa de neurolingüística.

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“Quienes ayudarán al menor de edad a motivar la lengua, mejillas y labios, haciendo estas praxias sean rehabilitadas. Sin embargo, nunca hay que olvidar que el responsable del lenguaje es el sistema nervioso central, el cual también debe ser evaluado, sugiere Reyna García Hernández, del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).

Cuando un niño no puede hablar o se le dificultan otras actividades neuronales hay que llevarlo antes con un terapeuta, no recomiendo psicólogos o pedagogos porque ellos tienen otra formación. Y no todos los fallos en el lenguaje son un por un mal comportamiento del niño sino que hay un tema en el neurodesarrollo”, advierte García Hernández.

Para mayor información
Reyna García Hernández, terapeuta en comunicación humana, con especialidad en rehabilitación visual y del neurodesarrollo del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).
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