Los cornetes son estructuras dentro de la nariz que ayudan a calentar, humedecer y filtrar el aire que respiramos. Pero cuando están agrandados (hipertrofiados), pueden bloquear el paso del aire y dificultar la respiración, especialmente en niños pequeños que aún no saben sonarse la nariz ni decir cómo se sienten. Por eso, es fundamental que si notas algún cambio, lo lleves con su pediatra, para que le dé el tratamiento correcto.
¿Cuándo puede ocurrir la hipertrofia de cornetes?
- De 0 a 12 meses: En esta etapa, es común que los bebés tengan congestión nasal por resfriados o algún irritante en el aire. Los cornetes pueden inflamarse temporalmente, pero la cirugía es muy rara y solo se contempla si hay una obstrucción nasal grave que afecta la respiración o la alimentación.
- De 1 a 3 años: Es más fácil detectar síntomas como respiración bucal constante, ronquidos, sueño interrumpido o infecciones frecuentes. Si esto le pasa a tu hijo y no mejoran con tratamiento, es hora de ver a un otorrinolaringólogo, pues algunos casos necesitan una operación.
¿Por qué pasa?
- Más que constante: Los bebés y niños pequeños tienen sistemas inmunológicos inmaduros, lo que los hace más propensos a resfriados y virus respiratorios. Las infecciones pueden inflamar la mucosa nasal y, si estas son recurrentes, los cornetes pueden agrandarse de forma crónica.
- Ambiente: El aire seco de la calefacción o clima, la contaminación ambiental o el humo del cigarro pueden irritar la mucosa nasal de tu bebé. Esta irritación crea inflamación, lo que puede hacer que crezcan los cornetes para intentar filtrar mejor el aire.
- Rin, rin, rinitis: Esto pasa porque algunos niños menores de 2 años pueden tener sensibilidad temprana a ciertos alérgenos. Estar cerca del polvo, ácaros o pelo de mascotas hace que los cornetes se inflamen y tengan rinitis alérgica.
- Reflujito: En algunos bebés, la leche o el jugo gástrico sube del estómago hacia el esófago (lo que conocemos como reflujo). A veces, esa acidez sube tanto que llega hasta la parte trasera de la nariz o la garganta, aunque no siempre lo notemos.
Cómo prevenir
- Bye, bye: Evita que tu pequeño esté cerca del humo de cigarro, contaminantes y alérgenos.
- Doctor: Lleva a tu crío al pediatra si hay congestión nasal o si su respiración es por la boca.
- Higiene de alrededores: Mantén una buena higiene ambiental, checa los humidificadores cuando el aire esté seco, y limpia frecuentemente las superficies.
- Limpieza nasal diaria: Apóyate con solución de agua de mar como Stérimar Bebé, una solución 100% natural, que tiene boquilla pediátrica anatómica especial para la nariz de tu bebé, diseñada para niños de 0 a 3 años. Ayuda a limpiar y humectar de manera natural los conductos nasales para favorecer una mejor respiración al tiempo que refuerza la protección de la mucosa nasal. Pregúntale a su médico por Stérimar Bebé, y conoce más de ellos en IG en @sterimar_mexico, en FB @SterimarMX y en www.sterimar.com.mx.
Así que recuerda, si tu hijo respira por la boca, ronca o siempre tiene congestión, no es algo que debas normalizar. Consulta a su pediatra y juntos ayúdenlo a respirar mejor, descansar bien y desarrollarse como debe. La respiración lo es todo.
