A pesar de que la cantidad de líquido amniótico varía de acuerdo a cada etapa gestacional, es importante cuidar que tu bebé posea la adecuada para su desarrollo.
La escasez del líquido amniótico puede dificultar el nacimiento de tu bebé por falta de humidificación del canal de parto.
Las mujeres con polihidramnios corren mayores riesgos: la separación prematura de la placenta y la hemorragia postparto.
La escasez del líquido amniótico casi nunca ocasiona molestias a la madre, pero para el bebé representa el peligro de nacer con importantes deformidades.
Tu bebé ha comenzado a desarrollar importantes órganos como ¡su corazón!
Al final del primer trimestre de tu embarazo ¡tu bebé ya puede sonreír!
Tu bebé trabaja por desarrollar cada vez más los rasgos característicos de una persona.
¡Los brazos de tu bebé son suficientemente largos como para que sus manos se unan por encima de su cabeza!
Tu bebé está lo suficientemente desarrollado para moverse constantemente: ¡girar, estirarse y dar vueltas!
Para la semana 33 los movimientos de tu bebé dependen en gran medida de las actividades que realices