Parece que no existe criatura sobre la faz de la tierra más exigente consigo misma y tan multiusos como una mujer. La sociedad le proporciona un papel que suele dividirse en varios conforme crece, tanto en edad como profesionalmente. Así las que tienen el privilegio de haber formado un hogar y ejercer su profesión, de pronto se ven asaltadas por mil y una emociones: desde la euforia y la alegría de saber que son capaces y la plenitud que sienten porque son útiles, hasta la tristeza de dejar a su bebé en una guardería, de perderse sus primeras palabras y pasos, entre muchas cosas más.
Este es el panorama de las mujeres consideradas como exitosas por la sociedad. Se trata de aquellas que han cumplido con su función biológica (la maternidad) y social (tiene un hogar), pero además, puede vanagloriarse de sus logros fuera de casa. Su “éxito” se encuentra asociado a que ha hecho exactamente lo que todos esperan de ella, sin embargo, el precio que debe pagar por eso es definitivamente muy alto.
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Crimen y castigo
El estereotipo de mujer exitosa se construyó en la década de los 60. Entonces ya no bastaba con formar un hogar que a los ojos de los vecinos fuera “perfecto”. Había que demostrar que la mujer mandaba dentro y fuera de casa por lo que las responsabilidades femeninas aumentaron y al buen desempeño en el hogar se sumó la necesidad de ser una profesionista exitosa. Claro está que jamás se consideró el verdadero significado de la palabra éxito.
Responsabilízate de tus acciones y tus metas tomando en cuenta que cuando elegiste ser madre y profesionista conocías tus capacidades y límites, pues eras consciente de que jamás serías la mujer perfecta, entonces ¿por qué sigues buscándola y sintiéndote mal por no encontrarla?
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Por otro lado, estudios recientes confirman lo que ya se sabía desde hace cuarenta años: no existen diferencias sustanciales entre los niños criados en guarderías y aquellos que pasaron todo el tiempo al lado de su mamá durante sus primeros seis años de vida. Acaso, quienes crecieron en guarderías eran mucho más independientes, pero nada más.
De igual modo, es momento de derrumbar ese mito fomentado por la psicología de que la madre es imprescindible en el desarrollo del bebé. Es cierto que ella tiene mucho que ver, pero también el padre y el ambiente familiar en el que se desenvuelve un niño. Tampoco hay que considerar una ley inamovible que una madre feliz tiene hijos felices. Cada familia es un mundo lleno de las más diversas probabilidades; la mayoría de las cuales están fuera de nuestro control.
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“Mujer casada que trabaja, fuera y en casa”
Esas palabras sí que son tajantes y absolutas. Una vez que has decidido realizarte como madre y profesionista necesitarás de mucha resistencia física y fortaleza mental para organizarte y pensar con claridad en situaciones difíciles.
¿Por qué? Para empezar, en México, y en otros países del mundo, una mujer exitosa profesionalmente debe enfrentarse a una sociedad rígida y tradicionalista, que la somete a los siguientes problemas:
- Presión familiar y social
- Dificultades para tener relaciones amorosas
- Una tasa alta de divorcio
Consejos para alcanzar (y sobrevivir a) el éxito
Ya reconciliada contigo y con tus roles trata de dar lo mejor de ti en ambos, pero no a costa de tu bienestar mental ni físico. Sé justa con los demás y contigo, reconoce tus aciertos para que seas capaz de aceptar y celebrar los de los otros. Jamás olvides que no estás sola, pero tampoco que las responsabilidades que has aceptado son tuyas porque así lo has querido.
A continuación te presentamos los siguientes consejos basados en las estrategias seguidas por aquellas personas que además de exitosas han formado familias felices, pues afortunadamente, todo lo bueno que te pasa lo puedes atraer. Alcanzar tus objetivos no tiene porqué dolerte ni implicar sacrificios… ¡todo lo contrario!
- Piensa en tus metas a largo plazo
- Vive más el día a día y olvídate de lo que pasará mañana
- No busques la aprobación de otros, primero busca en tu interior
- No te obsesiones con ser perfecta ni esperes que todo te salga bien a la primera