La escasez de líquido amniótico es una anormalidad rara con causas desconocidas. Se ve con mayor frecuencia en los embarazos que se extienden más allá del tiempo calculado para el parto. Si se da en las etapas tempranas del embarazo, por lo general se forman adhesiones firmes entre las membranas y el embrión que deforman al feto. La disminución del líquido en etapas más avanzadas de la gestación permite que las membranas y la pared del útero compriman al bebé, lo cual distorsiona su posición y puede hacer que nazca con pie zambo o tortícolis, y que su piel se reseque y engruese. Asimismo, es común el desarrollo anormal de los riñones. Este problema casi nunca ocasiona molestias a la madre, pero el bebé tiene grandes probabilidades de nacer con deformidades importantes.
¿Qué es el líquido amniótico?
El líquido amniótico es un líquido claro contenido en el saco amniótico donde crece el bebé. Sus funciones son proteger a tu bebé, permitir su movimiento, ayudar al desarrollo de los pulmones, estabilizar la temperatura del bebé y proporcionarle una barrera que lo protege de las infecciones.