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No es que no quiera hablar contigo. Es más complejo que eso. La adolescencia es una etapa intensa, donde el cuerpo cambia, las emociones se desbordan y la identidad se empieza a formar. En medio de todo eso, el celular se convierte en refugio, ventana al mundo y, muchas veces, en su única vía de escape.
Lo primero que necesitas saber es que, para un adolescente, el celular no es solo un aparato. Es su red de apoyo. Ahí están sus amigos, sus grupos, sus juegos, sus memes y también sus desahogos. Es el espacio donde puede ser quien quiera, sin tantas reglas.
Según el estudio de Common Sense Media, los adolescentes pasan en promedio entre 7 y 9 horas al día frente a una pantalla. La mayoría del tiempo no están viendo cosas sin sentido. Están socializando, explorando, aprendiendo, probando su identidad.
6 razones por las que tu adolescente se la vive en el celular
1. Es su vida social
No está aislado, solo se conecta distinto. A través del celular habla con sus amistades, se siente parte de algo y mantiene sus vínculos.

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2. Es una vía de escape
Cuando las cosas se complican en casa, en la escuela o con su cuerpo, el celular le ofrece un espacio donde puede “desconectarse” sin consecuencias reales.
3. Es un golpe de dopamina
Las notificaciones, los likes y los mensajes nuevos activan el sistema de recompensa del cerebro. Es decir, se siente bien. Y por eso vuelve.
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4. Es donde aprende
Sí, también hay videos ‘sin sentido’, pero muchas veces busca explicaciones, datos, tutoriales o incluso herramientas para entender sus emociones.
5. Es una forma de control
En una etapa donde muchas cosas cambian sin que pueda decidir, el celular es algo que sí puede manejar a su ritmo y bajo sus reglas.
6. Es un amortiguador de ansiedad
Estar solo con sus pensamientos a veces abruma. El celular llena esos silencios, baja el ruido interno y lo hace sentir menos expuesto.
¿Y tú qué puedes hacer?
No se trata de quitarle el celular ni de culparlo. Se trata de entender lo que representa para él o ella. Y, desde ahí, acompañar.
Hazle preguntas, no des discursos. Acuerden momentos sin pantallas. Sé su ejemplo. Y sobre todo, valida lo que siente sin minimizarlo.
Criar en la era digital implica aprender a convivir con la tecnología, no combatirla.