Cuando te volviste a embarazar probablemente pensaste que tu hijo de dos años estaría feliz de tener un hermano con quien jugar y compartir su tiempo, pero no en la rivalidad que podría surgir en casa.
Como mamá quisieras que tus críos fueran los mejores amigos y te atormentas porque el mayor no quiere jugar o se muestra indiferente al bebé. De hecho, sientes que no hay forma de poder acercarlos y esto te hace sentir muy mal.
La llegada de un nuevo miembro produce cambios en las rutinas de tu hijo. Antes tenía toda la atención y ahora siente que la perdió; no es que no quiera compartirla es sólo que no sabe cómo, ¡nunca antes tuvo que hacerlo! Además, con todos concentrados en el recién nacido es fácil que se sienta ignorado o le surjan celos.
Algunas cosas que puedes hacer para ayudarle a soportar esta transición son:
No cambies sus rutinas, ya sea en el hogar o en la guardería. Así no sentirá que el bebé le está quitando su lugar en la casa y el cariño de su familia:
- Es primordial que continúe teniendo objetos que sean exclusivamente suyos
- Platica con él sobre la nueva situación y explícale pacientemente que no lo dejarás de querer porque llegue un miembro más a la familia. A veces es tentador decirles a tus hijos que los quieres por igual, pero la realidad es que ellos no quieren oír eso; quieren saber que los quieres de forma especial
- Encuentra espacios para compartir con él o hacer algo juntos como salir a pasear. Hazle ver que no ha sido sustituido y que el vínculo entre ustedes sigue intacto
- No intentes que le gusten las mismas actividades que a su hermano, ya que cada uno tiene necesidades, deseos e intereses diferentes
- Evita compararlos ya que esto daña su autoestima y comenzarán a competir entre ellos
- No fuerces la relación, la mayoría de las veces sólo le falta un poco de tiempo para adaptarse
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Si a pesar de seguir estos pasos tu hijo no quiere involucrarse con el bebé, no lo obligues. La manera en que muchos niños se adaptan a la nueva situación es «ignorando» durante un tiempo, permite que se acostumbre a ella.
Recuerda que es parte del aprendizaje que surjan algunos roces en casa. Sólo ten en cuenta que a pesar de que los celos son una reacción común, hay que poner atención si sus actitudes comienzan a ser violentas. Si la situación se sale de control, asesórate con un especialista.