Las rabietas se manifiestan en siete de cada diez niños entre los 18 y los 24 meses, y en tres cuartas partes de niños entre tres y cinco años, y pueden presentarse en forma de gritos, chillidos y llanto, si bien hay casos en los que los niños llegan a golpear, patear, aguantar la respiración y privarse.
Los berrinches varían en intensidad y frecuencia: algunos niños los presentan de manera regular mientras que otros sólo los experimentan de manera ocasional.
Causas principales
- Frustración
- Imitación
- Búsqueda de atención
- Sobreprotección
- Malestar
- Como conducta reactiva a medidas disciplinarias demasiado estrictas
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Ideas para resolver el problema
- No lo castigues. El castigo sólo agravará la situación, especialmente el castigo físico. En el corto plazo, darle una nalgada sólo empeorará el nivel de la rabieta. Y, en el largo plazo, hará más difícil la resolución del problema.
- No lo premies. Acceder a sus demandas le dará las herramientas necesarias para aprender que, la próxima vez que quiera algo, sólo tiene que recurrir a un berrinche. Finalizada la rabieta, ayúdalo a reconocer lo importante que es recuperar la calma.
- Conserva la calma. En la medida de lo posible, intenta ignorar la conducta del niño, asegurándote de que no pueda hacerse daño físico.
- No permitas que las opiniones de los demás afecten tu manera de responder ante los berrinches de tu hijo.
- Ayúdalo a encontrar conductas alternativas.
- Revisen si la conducta ha sido aceptable o no, y por qué. Puedes invitarlo a conductas alternativas para que las lleve a cabo cuando se encuentre en una situación similar.
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Los focos rojos
Diversos autores han reportado que, bajo ciertas circunstancias, los berrinches pueden ser considerados graves por lo cual han dedicado años de esfuerzos para tratar de encontrar las causas físicas y psicológicas de esta conducta:
- Los problemas emocionales que más típicamente se han asociado con los berrinches son la depresión, la baja autoestima, el trastorno por déficit de atención (TDAH), el trastorno disruptivo, la manía y el trastorno bipolar.
- Los berrinches se han vinculado con problemas de audición y visión, enfermedades crónicas, retraso en la aparición de lenguaje y problemas de aprendizaje.
- También se ha encontrado que algunos colorantes, aditivos y conservadores alimenticios pueden tener repercusiones indeseables sobre la conducta de los niños, entre ellas un incremento en la frecuencia y duración de los berrinches.
- Otros autores han intentado encontrar causas físicas para esta conducta; en algunos casos se ha visto que los berrinches pueden ser considerados como descargas de tipo epiléptico, pues se asocian con patrones alterados de la actividad eléctrica cerebral.
En la inmensa mayoría de los casos, los berrinches son conductas pasajeras y forman parte del proceso de desarrollo infantil. Pero, ¿cómo puedes saber si los berrinches de tu hijo son más que eso?
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