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En busca del hospital para el parto

Si puedes elegir en donde va a nacer tu bebé asegúrate que sea el que más te acomode.

Si tienes oportunidad de elegir en qué hospital nacerá tu bebé, infórmate previamente sobre los servicios e instalaciones del lugar, así como de las políticas para la atención del parto. Antes de tomar cualquier decisión, pregúntate lo siguiente:

  • ¿Qué tan lejos está el hospital de mi casa o trabajo?
  • ¿Cuántos partos se atienden al año?
  • ¿Se practica la episiotomía de rutina?
  • ¿A cuántos pacientes atiende cada enfermera?
  • ¿Cuenta con el personal y el equipo para la atención de urgencias y con una unidad de cuidados intensivos neonatales?
  • ¿Puede mi pareja estar presente en el momento del nacimiento?
  • ¿Qué procedimientos se llevan a cabo inmediatamente después del nacimiento del bebé?
  • ¿Me entregarán a mi bebé inmediatamente después del parto?
  • ¿Podré permanecer con mi bebé y mi pareja en la misma habitación las 24 horas del día?
  • ¿Cuál es el tiempo de estancia posterior a un parto y a una cesárea?
  • ¿Cuál es el proceso de admisión y las formas de pago?

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Recuerda que el mejor hospital será aquél donde te sientas segura y apoyada, tus derechos y necesidades sean respetados y cuenten con el personal y equipo necesarios.

Tus derechos en el hospital

El parto es un momento único e íntimo del que tú eres protagonista. Tienes todo el derecho a ser escuchada y a que tus decisiones sean respetadas. La comunicación con tu médico es muy importante, así que hazle saber tus dudas, inquietudes y deseos antes y durante el trabajo de parto.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud:



Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.

  • Tienes derecho a estar acompañada en todo momento por una persona de tu elección y a recibir visitas después del parto.
  • A menos que la madre o el bebé presenten algún problema de salud, no hay justificación para separarlos desde el momento del nacimiento.
  • La lactancia materna debe estimularse, incluso dentro de la sala de parto.
  • Si no existe una indicación médica precisa, la monitorización fetal durante el parto es innecesaria y no beneficia a la madre ni a su hijo.
  • No es necesario rasurar el vello púbico ni aplicar enemas.
  • La mujer debe de elegir libremente la posición que quiere adquirir en el momento del parto, no debe estar necesariamente acostada ni se le puede obligar a caminar.
  • No es necesaria la episiotomía ni el uso indiscriminado de anestesia.
  • Ningún parto debe de inducirse (dar medicamentos para provocar contracciones) por comodidad o rutina.
  • No hay justificación científica para romper artificialmente las membranas (“la fuente”) antes de un estado muy avanzado del parto.

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El papá en el parto

En algunos países, la presencia del padre durante el parto, ya sea en casa o en el hospital, llega a ser de casi el 98%. Aquellas mamás que cuentan con la presencia de su pareja refieren una experiencia satisfactoria, menos estresante. Por lo general se sienten apoyadas y seguras, lo que no necesariamente tiene que ver con el personal y las instalaciones del hospital, e incluso requieren con menor frecuencia de anestesia epidural.

Definitivamente, el contacto físico y las palabras de aliento de tu pareja pueden hacer una gran diferencia.

Por otro lado, la disminución del estrés durante el parto se verá reflejado en mejores condiciones para tu bebé. El personal de salud del hospital puede apoyarse en tu pareja dándole una tarea específica más allá de tomar tu mano durante el parto, de esta forma la experiencia será más enriquecedora para él y empezará a establecer un vínculo con el bebé.

Vivir juntos el nacimiento del bebé favorecerá la comunicación y hará más llevaderos los momentos difíciles después del parto. Se ha demostrado que la participación del papá en la recuperación de la mujer y en los cuidados del bebé es más activa y su actitud más comprensiva cuando ha estado en el parto.

Muchos hombres se preocupan por sus posibles reacciones ante la sangre, el dolor de la madre y el nacimiento. Si bien es cierto que el estrés del papá puede ser transmitido a la mamá y no mejorar las cosas, recuerda que todo empieza con información y comunicación, así que lean juntos, platiquen y decidan junto con su médico qué tanto se puede involucrar el papá en el parto.

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