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Berrinches: tips para manejarlos

Cuáles son los errores más comunes y cómo aprender a disminuirlos.

Por Cathy Calderón, psicóloga

¿Cómo controlar los berrinches? Te presentamos cuatro situaciones y cómo debes manejarlas:

Tu hijo de 18 meses se la pasa parándose de su silla para comer mientras le das de cenar

  • Demasiado riguroso: “¡Está bien, se acabó, ya no hay cena para ti!”
  • Demasiado débil: “Ten cuidado, ven, siéntate. Mira aquí viene el avión a tu boca.”
  • Perfecto: “Cuando comemos, nos sentamos. Te voy a ayudar a sentarte otra vez.”

Los padres piensan que es mejor distraerlo para que coma o ignorar estos comportamientos, pero un niño de un año puede entender perfectamente estas reglas.

Tu hijo de dos años le arrebata de forma muy ruda un carro de juguete a otro amigo

  • Demasiado riguroso: “¡Eres un grosero! ¡Regrésaselo en este momento!”
  • Demasiado débil: “Por favor, pídele perdón.”
  • Perfecto: “Quieres un turno para jugar con el carro y lo tendrás. Tú y yo podemos jugar con el avión y después podrás jugar con el carro.”

Compartir no es algo que les sale de forma natural a los niños pequeños. Explícale que su amigo está jugando con el carro y que él lo podrá hacer después. Utiliza palabras y términos que sean claros para él.



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Tu hijo de tres años está haciendo berrinche pateándote porque le apagaste la televisión

  • Demasiado riguroso: “¡Está bien. Ya te pasaste de la raya. Olvídate de ahora en adelante de volver a ver televisión!”
  • Demasiado débil: “Sé que estás enojado, ¿pero que sentirías si yo te pateo?
  • Perfecto: “Me lastimaste. Déjame saber cuando estés tranquilo y hablamos de tu enojo

Separarte es una estrategia muy efectiva, porque no te estás quedando para que te lastime y tampoco estás dejando que se distraiga del punto principal.

Tu hijo de cuatro años quiere cruzar la calle sin darte la mano

  • Demasiado riguroso: “¡Si no agarras mi mano, te voy levantar y cargar!”
  • Demasiado débil: “Está bien, pero fíjate y quédate cerca de mí. ¿Sí?”
  • Perfecto: “Cuando lleguemos al semáforo, me vas a tomar de la mano.”

Agarrar a tu hijo de la mano cuando vas a cruzar la calle es una de esas situaciones no negociables porque se trata de su seguridad. Esto no es un debate, así que no abras la ventana a una discusión o berrinche. Aunque, de forma brusca, le digas que lo vas a cargar, le estas dando una opción.

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