Las hormonas alteran el sueño de las mujeres
Al respecto la experta en medicina del sueño Guadalupe Terán Pérez, coordinadora de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana Campus Iztapalapa, precisa que “el sueño tiene una relación directa con las hormonas de tipo sexual en las mujeres, particularmente en los periodos de menstruación, embarazo y menopausia, que no las deja dormir o, por el contrario, duermen de más, entre otros padecimientos que impactan su desarrollo profesional, académico y familiar”.
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Menstruación, somnolencia a su máxima expresión
“Desde la llegada del síndrome premenstrual, las mujeres comienzan a presentar somnolencia y cuando llega el periodo (o la regla) no se pueden dormir toda la noche de corrido, el sueño vuelve fragmentado por la cantidad de hormonas que circulan en su cuerpo”, explica la entrevistada. Por lo tanto es la primera vez que podamos identificar cómo las hormonas alteran el sueño de las mujeres.
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Aunado a ello, si la mujer sufre de cólicos menstruales podrá tener sueño poco reparador y al despertar se sentirá cansada, irritable y con falta de energía. Es por tanto, que algunas mujeres simplemente no puede llevar a cabo su trabajo de forma precisa. Además, cuando se tienen periodos abundantes de hemorragias, la baja de hierro puede ser una constante, y si no hay hierro las mujeres presentarán el síndrome de piernas inquietas, que se refiere a movimientos involuntarios de las extremidades inferiores durante el sueño.
Embarazo, entre sueño profundo y “piernas inquietas”
En el embarazo las hormonas alteran el sueño de las mujeres porque circulan al por mayor, pero también hace falta el hierro, puesto que el producto va tomándolo del cuerpo de su madre y ella desarrollará también el síndrome de piernas inquietas”, que puede resolverse agregando a su dieta un suplemento con hierro.
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“Durante el primer trimestre la mujer presentará gran somnolencia y durante ese tiempo deberá descansar y hacer siestas constantemente; para el segundo trimestre el sueño se normaliza, pero a partir del tercer trimestre, el crecimiento del vientre le impedirá dormir en una posición cómoda y cuando nazca el pequeño, la madre no podrá dormir adecuadamente puesto que sus sentidos se agudizarán para escuchar el llanto del bebé en cualquier hora del día y de la noche, aunque esté profundamente dormida. A eso se le llama instinto materno”, indica la experta.
Sin embargo, cuando la mujer está lactando liberará oxitocina, hormona que es inductora del sueño profundo. Es decir, “aunque la mujer duerma poco lo hará de forma profunda y reparadora”, puntualiza Terán Pérez e indica que durante la lecha materna le brindará al bebé melatonina, otra hormona que ayudará al recién nacido a sincronizar los ciclos de sueño con ella.
Menopausia, ronquidos al por mayor
Cuando llega la menopausia, las mujeres van reduciendo sus niveles de hormonas sexuales y comienzan a perder el tono muscular, entre muchos otros cambios, por ello comienzan a roncar con mucha fuerza. “Pero también ocurre que desarrollan apnea de sueño, es decir, dejan de respirar por segundos cuando están dormidas, ello conlleva que no descansen puesto que el organismo trata de “jalar” aire y se despiertan constantemente porque sienten que se ahogan”, indica la experta. Entonces definitivamente vemos cómo las hormonas alteran el sueño de las mujeres y no permitan que ellas o sus parejas descansen.
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Para tratar cada uno de los malestares de la mujer en sus diferente etapas, es necesario que acudan con el médico, que puede ser ginecólogo o experto en medicina del sueño, quienes le brindarán estrategias de acuerdo con sus necesidades individuales.