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Museo de Arte en Azúcar México: para enamorar el paladar de tus hijos

El Museo de Arte en Azúcar en México es un museo VIP en el que tú y tus hijos podrán aprender el arte de crear figuras con dulce.

Entrar a la casa de Marithé de Alvarado, hoy el Museo de Arte en Azúcar México, es algo que debes hacer con tu hijo si andas por la colonia Narvarte. Sobre la avenida Cuauhtémoc, a unas cuadras del Metro Eugenia, en el número 950, se encuentra este espacio poco conocido por los chilangos en el que pueden hallar la Torre Eiffel, el castillo de Disney y otras obras de arte en miniatura… ¡hechas de azúcar!

Museo de Arte en Azúcar México: para enamorar el paladar de tus hijos

¿Quién fue Marithé de Alvarado?

El Museo es un enorme terrón sorpresa. Además de acercar a tus hijos a una técnica tan dulce como la de crear esculturas de azúcar, muestra la historia de su mayor representante a nivel mundial, Marithé de Alvarado, una mujer que a los 12 años empezó a adornar pasteles con sencillas líneas de flores de azúcar.

Marithé inició al lado de su tía Cecilia, quien era monja y experimentaba decorando repostería. Aprendió lo básico y, luego de trabajar más figuras, se dio cuenta de que era buena –¡y en qué medida!– reproduciendo con dicha materia cualquier escenario que veía en revistas, postales y cuentos. Así, con azúcar, un poco de goma, glucosa y miel, se abrió camino y llevó el clásico bizcocho adornado a otro nivel al diseñar estructuras más complejas para cada celebración.

Ella quería que un pastel significara más, que fuera artístico. Lo logró. Para prueba el que hizo para su boda, en 1954: un castillo art nouveau de dos metros y medio de alto; asimismo, la réplica de la Torre Eiffel que realizó en 1937, cuando tenía 17 años; y la iglesia de Dolores Hidalgo, que creó a petición del Instituto Nacional de Bellas Artes para conmemorar el 175 aniversario de la Independencia de México.

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A pesar del trabajo tan minucioso y original que Marithé hacía, en México no logró el mismo reconocimiento que en Estados Unidos, el Caribe, varios países europeos, como España, Inglaterra, Suiza, Francia, Italia, y hasta en Sudáfrica, en donde, además de otorgarle varias distinciones la invitaron a exponer sus esculturas y dioramas de azúcar. Pero esa indiferencia en su país no la desanimó, al contrario, la inspiró a convertir la planta baja de su casa en un museo para difundir el arte en azúcar: a dicho proyecto se dedicó hasta los 97 años de edad.

  • ¿Qué veremos en el Museo de Arte en Azúcar?

En sus 80 años de carrera, Marithé elaboró más de dos mil diseños originales. De estos, hoy el Museo exhibe la iglesia de Dolores Hidalgo, una versión de la Torre Eiffel (la hizo muchas veces porque, decía, “era fácil”) y otras piezas que datan de la década de los setenta. Por cierto que Marithé comentaba que se conservaban en buen estado gracias al “clima seco” de México. Dulce María, hija de esta artista y encargada del recinto, confiesa que sí tiene que ver el clima, pero de igual forma la “manita de gato” o restauraciones que tanto ella como alumnos del Instituto del Arte Mexicano del Azúcar, que fundó su madre en 1959 en la misma casa, les han hecho a las piezas.  No son eternas, dice, “y esa también es la prueba de que están creadas con azúcar”.

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Siguiendo con las piezas emblemáticas que puedes encontrar están aquellas inspiradas en cuentos infantiles y caricaturas, como Blanca Nieves, Los tres cerditos o Las chicas superpoderosas. Y ¿las favoritas de Marithé? Los dioramas donde recreaba modas antiguas.

Luego de verlas tú y tu hijo no pararán de preguntar: “En serio, ¿esos guantes, ese vestido, esa mujer son de puro azúcar?”. Las respuestas son sí, sí y sí. El 99% de cada pieza es pura materia prima, el resto se trata de elementos de varios materiales que difícilmente se pueden copiar, como el tronco de un árbol (ramas), las velas (cerillos), el agua (celofán), los abanicos (papel de china), las plumas de los sombreros y tocados (plumas de pájaros), los listones y tutús (se usa lo mismo), las carátulas de relojes de pared (cartón) y los espejos (miniespejos).

Visita el Museo de Arte en Azúcar México

Dulce María, junto con Mandarina, la gatita de la familia que acompañó a Marithé en sus últimos años de vida, es quien los guía por las cinco salas del Museo. El recorrido dura media hora, aproximadamente. En él, les cuenta las historias detrás de cada foto, video, pieza y utensilio del taller donde su madre trabajaba; les habla de la colección de libros que publicó, como el Instituto del arte mexicano del azúcar en el que documentó paso a paso los procedimientos de sus esculturas de azúcar. También les muestra las técnicas básicas de este arte: el pastillaje, la pasta y el glas. Al final, los invita a tocar algunas muestras hechas con estas bases. Todo es comestible, así que pueden probarlas.

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Ya si tú o tu hijo quieren volverse expertos en el arte en azúcar, entonces pregunten por las fechas de los próximos talleres en los que Dulce comparte las enseñanzas de su madre. Una vez dominadas las técnicas y recetas ustedes podrán crear cualquier objeto que imaginen.

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